viernes, 29 de noviembre de 2013

Reseña 6 de Noviembre de 2013

 
PARA UNA PRÁCTICA ENTRE VARIOS
PRESENTACIÓN DE LA LECTURA: EL VELO Y LA FALTA
Por Marta Gutiérrez
En la última reunión del grupo de investigación para una práctica entre varios, Eduard se encargó de la presentación de un texto de Antonio Di Ciaccia y Virginio Baio, titulado “El velo y la falta”. En él se remarcaron varios aspectos sobre la constitución de la institución Antenne 110 y otros aspectos derivados de la práctica entre varios. 
Hasta la formación de la institución mencionada, en las anteriores instituciones dedicadas al autismo y la psicosis infantil, los profesionales que formaban parte, en la mayoría de casos, ocupaban el lugar del analista (F.Dolto). 
En el texto referenciado, se remarca, para la formación de Antenne 110, la importancia de la enseñanza de Freud y Lacan, así como, los posteriores textos de Miller sobre la enseñanza de éste último. Di Ciaccia propone orientarse por la teoría psicoanalítica, sin abordar a los sujetos a través del psicoanálisis, bajo el lema “poner en suspensión la teoría”.
Se afirma que aunque los autistas no hablen, sí están en el leguaje, por lo que, si están en el lenguaje se deduce que el Otro no está ausente, entonces, ¿Qué Otro es mejor? No lo es el otro maternal, por ser problemático, ni el otro paternal, que al estar forcluido, si retorna, podría producir un desencadenamiento. 
Se podría decir que el autor, lleva al límite aquello que plantea el autismo, que sería la pregunta ¿Qué es un padre? En respuesta, Di Ciaccia diseña una institución, donde el Otro no es un Otro analítico, ni tampoco responde al Otro parental (como en el caso del mencionado Dolto o Bruno Bettleheim). Ello abre la cuestión, a saber: ¿Cómo sabemos que el sujeto psicótico diferencia entre estos dos Otros?
Dos aspectos fundamentales en la creación de Antenne 110 son: 
-       El responder de forma apropiada a la estructura del inconsciente
-       Un deseo escrito como un “Yo quiero”, que debe entenderse como un acto fundador (no caprichoso), el cual deber activar el deseo para posteriormente borrarse, dejando un significante que permita el movimiento y articulación de otros deseos posteriores.
Por otro lado, el marco de funcionamiento de dicha institución en ningún caso es un marco ideal ni puede servir de modelo para otra institución, dado que cada marco es el resultante de aplicar algunos principios en situaciones concretas y a menudo contingentes. 
Se trata de poner en suspenso todo, para poner a trabajar los sujetos, constituyendo una red de Otros que evita el pegoteo del sujeto a un único Otro, poniendo en juego la función y evitando así que su presencia sea menos persecutoria para el sujeto. 
Lo que se espera de cada uno de los miembros del equipo, es que haya encuentro. Produciendo un lugar vacío (no ocupado por un amo que sabe), que se mueva por la demanda del niño, produciendo encuentros contingentes por un deseo del cuidador, situándose así en el vacío que lo permita circular y donde el interés de los adultos en su tarea cotidiana manifieste la marca de un deseo particular que los niños, uno por uno, pueden aceptar ser los destinatarios.  
Para ello hay que vaciarse de la búsqueda de la demanda, de demandar y de interpretar, dejándose orientar por un deseo de saber a través del no-saber (que en ningún caso es un no querer saber). 
Aquí se destaca la figura del responsable terapéutico, encargado de preservar el lugar vacío de cada profesional, evitando superposiciones imaginarias y cumpliendo la función de descompletar al grupo. Di Ciaccia, para evitar dichas identificaciones al grupo, remarcó que las reuniones de equipo, eran el verdadero lugar donde los cometarios de los casos, tenían verdadero valor analítico, evitando así la carga de goce fuera de dichas reuniones.   
Un aspecto importante a destacar, el cual da título al texto, es el tratar de permitir que un velo se interponga entre los padres y los niños, evitando que el sujeto se sienta como un tapón-objeto pasando a ser un agujero (sujeto-enigma). 
Es necesario hacer mención, al hecho de realizar un diagnóstico que no se base en datos fenomenológicos, sino a partir de una clínica diferencial que se apoye sobre la estructura, así por ejemplo, en el caso de las estereotipias, éstas tienen estructura de lenguaje y la función de tratamiento, la cuestión principal, recae en cómo “enganchar” esto, en un circuito o en otro recorrido menos repetitivo. 
Se plantea romper, a través de lo que venimos llamando la práctica entre varios, con la repetición para llegar a “hacer serie”, produciendo un encadenamiento. 
Se plantea la hipótesis de considerar a los sujetos autistas dentro de la psicosis y que a causa de la operación de substitución que efectúa el Nombre-del-padre, el goce no está negativizado, como ocurre en la neurosis, sino que está forcluido; ahí donde falta el operador de substitución, es donde se instala el sujeto. Un sujeto que trabaja para realizar en lo real esta substitución que no adivinó en lo simbólico, sustitución que intenta poner en práctica gracias a su propia construcción y que tiene la función de sustraerlo, en tanto que objeto al imperio del Otro. La estructura está y no determina el sujeto, sino que se toca la forma como se expresa. 
Hay pasaje del goce al significante para todo ser hablante.
 
En lo que al tratamiento del otro se refiere, en primer lugar cabe destacar que si nos regimos por la definición de sujeto que esboza Lacan, siempre que hay un elemento que representa a un sujeto para otro elemento, ya hay un sujeto. Basado en ello, se propone que no se hable a los niños psicóticos, sino que se hable de ellos.  Sin embargo, el Otro no reabsorbe todo el goce, no hay equivalencia. El Otro no está completo y ello implica por estructura una falta, un resto (Objeto a). En el caso de la psicosis el objeto a, no implica la significación fálica es entonces cuando el sujeto no tiene medio de articularse al deseo del otro y aparece éste de forma bestial. 
Si el autista se separa del acto de hablar, el interés reside en el planteamiento de varias preguntas, a saber: 
¿Cómo acompañar al sujeto a realizarse en la palabra dentro de una institución?
¿Cómo hacer pasar algo de lo real a lo simbólico (reel-iser)?

sábado, 9 de noviembre de 2013

PARA UNA PRACTICA ENTRE VARIOS



 
Introducción a nuestras modalidades de práctica institucional


Jose Castillo

Tomo el titulo para la presente introducción del comentario final del capitulo 2, Autismo y real. Puntos de referencia para la práctica, del libro de Eric Laurent “La batalla del autismo. De la clínica a la política” página 58, en la cual cita la nominación que Jacques Alain Miller da en 1992 a una modalidad de práctica en institución  inventada en 1974 por Antonio di Ciaccia en la Antena 110 de Bruselas.

Lo primero que llama mi atención es el lapso entre 1974 y 1992 en la cual se cocina el concepto: Práctica entre varios. Enunciado en plural no por ello significa que haya una enunciación colectiva, ni Un modo a modelar para otras instituciones, ni un único modo de hacer de los que practican en ella.

Un testimonio de ello lo son otras instituciones como Le courtil de Leers-Nord, el CTR de Nonette, primeras instituciones que desde su singularidad y ya constituidas años atrás, deciden en 1992 poner en convergencia su saber hacer, sus preguntas  en una red de instituciones, iniciativa que es acogida por Miller dentro del campo freudiano dándole el nombre de RI3 (Red internacional de instituciones infantiles).

Luego de 1992 sabemos que esta serie de instituciones se ha ampliado a otras instituciones tales como Mish´Olim, de Tel Aviv, Le Pré-Texte en Bélgica, Podensac, I´lle verte, la Demi-lune en Burdeos, L´hôspital de tour d´Aubervilliers entre otras.

En el capitulo seis, la letra y la práctica entre varios, del libro de Laurent mencionado anteriormente. Se hace énfasis a una de las particularidades de esta modalidad de práctica Laurent señala:  Hay instituciones en las que se consagra cierto tiempo a los encuentros uno a uno, y otras que, dejando de lado a las referencias imaginarias a la sesión psicoanalítica, privilegian una enunciación plural,-lo cual no significa que haya una enunciación colectiva, muy al contrario”.

Este señalamiento por una parte, evoca un punto de investigación de instituciones también pensadas desde el psicoanálisis en las cuales se hablaba si el analista debía estar fuera de la institución o dentro. Por ejemplo, F. Dolto diferenciaba esto hablando de una diferencia entre el Otro analítico del Otro parental o de los cuidados y señalando que los educadores en la institución debían  representar más el Otro parental, de los cuidados y dejar al Otro analítico al analista fuera de la institución. Otra vertiente pensaba el analista dentro de la institución y de aquí una dificultad en el todos analistas o la institución como sala de espera del analista.

La práctica entre varios hace una sutil torción de esta encrucijada promoviendo una vía tercera ni el analista esta fuera de la institución, aunque no lo impide y lo propone en ciertos casos. Ni el analista esta dentro. La alternativa que propone es el conjunto del equipo, su práctica, esta orientado por el discurso del psicoanálisis pero ninguno hace de analista, más bien propone lo que Eric Laurent definió con la posición de analisante civilizado.

Es desde el psicoanálisis y de cómo la institución que se orienta por su práctica que se responde, que las instituciones inventan modalidades, variaciones de hacer con los sujetos que atiende y con las interacciones que el varios propone.

Por ejemplo Antonio Di Ciaccia lo menciona en sus textos, una de las preguntas al psicoanálisis que vehiculizaron la práctica de Antena 110, véase por ejemplo De la fundación por uno a la práctica “entre varios" donde podemos ver que retoma la pregunta abierta por Freud en Psicología de las masas y análisis del yo o en el malestar en la cultura  respecto a la vinculación entre el sujeto y la masa, entre lo uno y lo múltiple, entre el deseo del analista y el deseo del Otro. De esto derivan para él tres consecuencias:

La relación del sujeto al ideal, aun el analítico ; localizar no sólo el uno amo sino lo que llama el uno vacío, no el de uno solo sino el de uno por uno, señalando que cada uno en una institución, está llamado a fundarla a partir de su propia relación a ese vacío ; y la repartición de lo que, en la institución, revela del uno del amo y lo que revela del uno del vacío.

Alexandre Stevens nos plantea como para el y otros lo que inspiro la práctica en Le courtil fue la pregunta al psicoanálisis sobre cómo se distingue la práctica analítica con niños de la de los adultos, se puede seguir este planteamiento en su texto El courtil: una elección.

Laurent  por ejemplo le pregunta al psicoanálisis y se ve reflejado en su texto La letra y la práctica entre varios  los efectos de la enseñanza del psicoanálisis luego de haber situado el campo y la función del Uno de goce produce que se este advertido a las formas del Uno vinculado a los ideales de la identidad institucional, y propone en lugar del uno del amo, que: el verdadero amo de la institución es la clínica de la instancia de la letra y los modos de repetición real que atraviesan a los sujetos que le son confiados.

Otra manera de decirlo es que “Sea como sea, estas variaciones en los modos de hacer de cada cual, así como las modalidades de organización institucional, se aplican, ante todo, al testimonio del abordaje clínico que orienta nuestro abordaje de estos sujetos y a extraer su lógica

Entonces el planteamiento de que hay un sujeto, del inconsciente el cual tiene efectos en la representación que se tiene de los casos, tiene también efectos sobre el sujeto del inconsciente que afecta a cada uno de los practicantes, esto lleva a preservar las iniciativas de cada uno de los operadores/intervinientes/educadores/acompañantes y el respeto al estilo del otro, otro que dice Di Ciaccia es el colega o el niño mismo.

Esta práctica esta advertida de los efectos que tiene el Uno de goce y su tensión con el Uno del Amo de la civilización. Y demanda al psicoanálisis mismo a tener algo que decir no solo al niño autista-psicótico sino a la civilización misma.

Extraído del texto de Laurent sobre  autismo y real. Puntos de referencia para la práctica una meticulosa condensación de lo que la práctica entre varios propone:

Se trata de autorizar una relación con la interacción de los niños y los educadores que esté más allá de los efectos de grupo, aunque también se pueda recurrir a estos últimos. Se trata de sumergir al niño en un campo de palabra y de lenguaje en el que, mediante un “forzamiento suave”, de acuerdo con la expresión de Antonio di Ciaccia, es invitado a interactuar. ¿Qué se práctica? Se responde mediante la propia práctica, caso por caso. Los propios ejemplos son tesis, no a la inversa. 



Referencias sugeridas


Di Ciaccia Antonio. De la fundación por uno a la práctica “entre varios” En Cuadernos de Psicoanálisis. Revista del Instituto del Campo Freudiano en España. # 28 La práctica entre varios Págs. 75 a 79.

Di Ciaccia Antonio. La práctica “entre varios” en la Antenne 110 de Genval (Bélgica)  En Cuadernos de Psicoanálisis. Revista del Instituto del Campo Freudiano en España. # 28 La práctica entre varios. Págs.87 a 96.  Ediciones Eolia.

Di Ciaccia Antonio y Baio Virginio.  El velo y la falta. En Temas Cruciales 2. Articulo publicado en Mental nº 1.

Di Ciaccia Antonio. El niño, la familia y el inconsciente. Ediciones Eolia págs 13 a 47.

Di Ciaccia Antonio. La pratique à plusieurs. Nouvelle revue de psychanalyse  La Cause freudiene. Nº 61 Applications de la psychanalyse 2005.

Daubresse Michèle. Los Inicios de la Antenne. En Cuadernos de Psicoanálisis. Revista del Instituto del Campo Freudiano en España. # 28 La práctica entre varios. Págs.97 a 104.  Ediciones Eolia.

Laurent Eric. La batalla del autismo. De la clínica a la política. Ediciones grama.
En especial capitulo 2 Autismo y real. Puntos de referencia para la práctica Págs. 33 a 58 y capitulo 6 La letra y la práctica entre varios Págs. 121 a 136.

Laurent Eric. La institución, la regla y lo particular. Editorial Revista Mental Nº 2. En Temas Cruciales 2. Págs.241 a244.

Laurent Eric. Institución del fantasma, fantasma de la institución. En Hay un fin de análisis para los niños. págs. 187 a 203. Ed Colección Diva

Laurent Eric. Siete problemas de lógica colectiva en la experiencia del psicoanálisis según las enseñanzas de Lacan. En Estudios Psicoanalíticos IMAGINARIO Y LÓGICA COLECTIVA # 3. Pp. 15 a 56. Eolia Dor, S.L

Laurent Eric.  Los espectros del autismo. Freudiana 65, 2012, págs.53-67.

Lefort Robert. Discurso de la institución y sujeto del discurso. En La educación imposible.  Págs. 169 a 183.  Ed. Siglo XXI.

Milner Jean-Claude. Por una política de los seres hablantes. Breve tratado político 2. Ediciones Grama.

Seynhaeve Bernanrd. Architecture et traitement du regard et de la voix. Pas si simple… NONETTE Centre Thérapeutique et de recherche. Brochure d´accueil. Pp. 89- 92.

Rabanel Jean- Robert. Les effets cliniques des nouveaux locaux dans la prise en charge des sujets. NONETTE Centre Thérapeutique et de recherche. Brochure d´accueil. Pp.93-94.

Recalcati Máximo. Prólogo a la edición española, Introducción a la edición española  (por Francisco J. Burgos y Silvia Grases) y Introducción. Lo homogéneo y su reverso.

Stevens Alexandre. El Courtil: una elección  En Temas Cruciales nº 2. También publicado en la revista Carretel nº 7

Zenoni Alfredo. Clinique psychanalytique en Institution:La psychose. L´Autre pratique clinique. Psychanalyse et institution Thérapeutique pp.60- 93. Point hors ligne érèr éditions.





Working Progress 2013 2014




AREA DE PSICOANÁLISIS APLICADO

Grupo de investigación para Una práctica entre varios

 

Hace algunos años creamos el Grupo de investigación sobre “El psicoanálisis aplicado a la institución”, movidos por el deseo de precipitar de esa investigación un saber en una práctica que fuera entre varios. Antonio di Ciaccia había aislado ya algunas condiciones para que este trabajo en la institución permitiera hacerse partenaire del niño autista. Uno de los resultados de nuestra investigación ha sido la puesta en marcha en nuestro país de algunos dispositivos de Práctica entre varios. Esta torsión de la teoría a la práctica es la que nos ha llevado a renombrar el grupo como “Grupo de investigación para una práctica entre varios”.
Durante este curso volveremos a los conceptos psicoanalíticos que surgen del trabajo con sujetos psicóticos y autistas en las instituciones permeables al funcionamiento entre varios. Para ello, partiremos del texto de Éric Laurent, “Los espectros del autismo”, publicado en la Revista Freudiana, nº 65 (2012).

Responsables: Iván Ruíz. Colaboradores: José Castillo, Erick González
Calendario: 23 octubre, 20 noviembre, 18 diciembre, 22 enero, 12 febrero, 19 marzo, 23 abril, 21 mayo,  11 junio.
Horario: Miércoles, a las 20.30 h.

Espacio de lectura
Lectura atenta de los textos fundacionales de las instituciones de Práctica entre varios en Europa (Antenne 110, Le Courtil, Nonette).

Calendario: 6 noviembre, 8 enero, 5 febrero, 5 marzo, 9 abril, 7 mayo, 4 junio.
Horario: Miércoles, a las 20.30 h.
Inscripciones:
Se requiere inscripción para participar (85 € anuales)



Ciclo de conferencias “¿Cómo interpretamos el autismo?”


CASO SYLVIE, de Anny Cordié
“Cordié soy yo, y tú?”
Qué hacer de las palabras del sujeto en el tratamiento
Iván Ruiz, psicoanalista
24 de febrero 2014, a las 20h


CASO DICK, de Melanie Klein
Interpretaciones del estado previo a la defensa del sujeto
Eduard Fernández, psicoanalista y  filósofo
24 de marzo de 2014, a las 20h


CASO JOHN, de Frances Tustin
“Interpreté lo ocurrido como el deseo de John de hacerse un seno para sí, a partir de su propio cuerpo”
El autismo como respuesta al encuentro fallido de la fusión con la madre
Pilar Foz, psicoanalista
28 de abril de 2014, a las 20h


CASO STANLEY, de Margaret Mahler
“¿Qué hará hoy el teléfono de la pared cuando sea la hora?”
La conexión y desconexión al cuerpo-máquina
Neus Carbonell, psicoanalista
26 de mayo de 2014, a las 20h


CASO DEL NIÑO LOBO, de Rosine Lefort
“No hago más que lo que él dice”
La presencia del analista en el mundo del paciente
Félix Rueda, psicoanalista
16 de junio de 2014, a las 20h


Inscripción: 20€ (Entrada libre para los inscritos en el Grupo de investigación para una práctica entre varios).

  

martes, 12 de marzo de 2013

Presentación del libro "El autista y su voz"

  
Presentación del Libro “El autista y su voz”
de Jean-Claude Maleval. 23 de noviembre de 2012 en el Ateneu Barcelonés.

Enric Berenguer: Bien, empezar diciendo por qué decidí proponer que este libro se publicara en España, que en su momento se lo propuse a Vicente Palomera dentro del proyecto de colaboración con la editorial Gredos.

La cuestión es que realmente este libro, con el que no tropecé por casualidad, ya que de alguna manera seguía con interés los trabajos de Jean Claude Maleval, fue para mi un descubrimiento. Y fue un descubrimiento también a posteriori porque yo hacia muchos años había leído otro libro, que no es de Jean Claude Maleval, que es el libro de Donna Williams, Nobody Nowhere, que no recuerdo con qué titulo está traducido al español, y que se trata del testimonio de un caso que realmente me dejó pasmado, en el que entendí que había ahí algo de una importancia fundamental para el psicoanálisis, pero al mismo tiempo en aquella época me faltaban elementos conceptuales para entender de que se trataba. Sin embargo, tenia la sensación de que aquello era una especie de mina que algún día había que explotar, que era una clínica muy extraña, muy compleja, en su primera impresión, y que, como antes comentábamos con Jean Claude Maleval, padecía de una extraña esquizofrenia, pero a la vez había elementos que salían de ese paradigma clínico.

En este punto, lo que el libro de Jean Claude Maleval me aportó, fue poder entender que verdaderamente no habíamos prestado la suficiente atención a una serie de monografías entre las cuales se encuentra la de Donna Williams, testimonios que verdaderamente estaban esperando ahí para que de alguna manera se pudiera aplicar toda una serie de elementos conceptuales que nos habían sido enseñados desde hacia tiempo por Rosine y Robert Lefort. Los Lefort ya habían planteado toda una serie de cuestiones fundamentales sobre la cuestión del autismo. Por supuesto también la ultima enseñanza de Jacques Lacan, que plantea una perspectiva absolutamente diferente de la que estamos acostumbrados sobre la psicosis, y también un concepto introducido ya hace más de veinte años o bastante más, no recuerdo la fecha, a pesar de haber estado allí por casualidad, en Toulouse, cuando Eric Laurent introdujo por primera vez la noción de la especificidad del autismo en relación a la idea del retorno de un goce a un borde.

Pero si bien este era un concepto que yo también veía que estaba cargado de potencialidades, hacía falta aplicarlo, y efectivamente en el libro de Jean Claude Maleval encuentro estas tres cosas impresionantes, que permite hacer una lectura fructífera que es verdaderamente una cornucopia del caso de Donna Williams, retomar lo esencial en la transmisión sobre el autismo de Rosine y Robert Lefort, y que permite dar un contenido y un desarrollo preciso al concepto de Eric laurent del retorno del goce a un borde, como única forma real, que es mucho decir, de poder establecer una diferencia fundada, entre la esquizofrenia y el autismo. Porque hay que decir que sin eso no se encuentra, no se puede entender, la diferencia entre el autismo y la esquizofrenia.

Entonces, este trípode: Rosine Lefort y Robert lefort, las monografías de los autistas, y el concepto introducido por Eric Laurent, trabajado de una manera cuidadosa, precisa, muy rica, llena de referencias clínicas por Jean Claude Maleval, hacen de este libro algo único. Y he de decir que desde que este libro fue publicado, ha sido un libro muy usado, muy trabajado. Por eso hay algo aquí interesante en esta presentación, es verdad, se presenta después de un año de ser publicado, aproximadamente, pero por qué, porque este libro desde que se publicó ha ido demostrando su utilidad, ha ido demostrando que, las personas que tienen una experiencia clínica con el autismo, realmente empiezan a poder entender toda una serie de fenómenos, de detalles sutiles, que ellos sabían que eran cruciales pero que les faltaban una serie de elementos para desarrollarlos. Por eso este libro se presenta ahora, porque en realidad, cada vez más nos damos cuenta, de la importancia de ese trabajo.

Entonces claro, cuando me comentó Josep Maria Panes, que se le iba a dedicar la Jornada de la ACAP al tema del autismo, dije, “bueno, realmente sí, ¡mira!, no se suele hacer, presentar un libro al cabo de tanto tiempo ¿verdad?, pues hay excepciones”. En este caso se trata de una excepción, porque este libro, en efecto ha ido cada vez más demostrando su utilidad y en lo que más nos importa, que es, ayudar a niños concretos. Porque de eso se trata, que no es una simple entelequia, no se trata de una categoría del DSM-IV o V, se trata de una clínica sutil, en la cual lo que esta en juego es la singularidad más absoluta, un caso por caso que hace que verdaderamente cada uno de estos niños sea único, y que precisamente por ese carácter único, necesitamos unas referencias teóricas muy precisas para no perdernos.

Entonces creo que esta obra de J-C Maleval, verdaderamente, es una cornucopia porque nos permite situar, con una seguridad, toda una serie de elementos fundamentales que por ejemplo, encontramos en la relación compleja, de estos sujetos, con el lenguaje. En este punto Maleval retoma de una manera precisa y detallada, elementos y expresiones que se van repitiendo, pasando de mano en mano, y desgastándose por el uso. Por ejemplo se decía mucho: “los niños autistas, son los niños del uno solo”, pero a la hora de poder ver en realidad, concretamente, cuál es esta relación con el lenguaje, con lo que seria el significante aislado, faltaban verdaderamente, herramientas concretas y precisas para distinguir la clínica del Uno, en la psicosis, que también existe -la clínica del significante es fundamental en la psicosis-, y otra clínica de un Uno completamente distinto, que es el Uno del autismo, y Maleval de una forma, creo valiente y honesta, desarrolla una teoría, que nos permite entender algunas particularidades, a veces desconcertantes, de cómo algunos de estos niños se introducen en el lenguaje por la vía de lo que siguiendo su contribución, le llamaría la vía del síntoma.

En otro orden de cosas, Maleval también aborda una cuestión fundamental que desde los años cincuenta, sesenta venia atormentando a los psicoanalistas, que es la enorme complejidad de la clínica del objeto en el autismo, algo sobre lo que ya había habido las aportaciones por ejemplo de Tustin y que también sabíamos que de alguna manera había ahí una especie de fenómenos que era preciso estudiar en detalle, para poder por ejemplo como hace maleval, diferenciar a un nivel muy preciso, lo que es un objeto transicional de lo que es un objeto autístico. Y en efecto, una de las contribuciones impresionantes es cómo Maleval demuestra de una forma muy concreta la diferencia entre el funcionamiento de un objeto transicional y un objeto autista, permitiéndonos así de repente entender una serie de cosas, enormemente complejas y diversas, en la relación de los niños autistas con ciertos objetos privilegiados. Algo verdaderamente que hay que leer porque son nociones digamos, que hemos usado de una forma intuitiva, pero que cuesta ver verdaderamente el papel negro sobre blanco, con la lógica que nos aporta Maleval se puede entender de una forma operativa, eficaz, en la clínica.

Y por otra parte ya digamos, en lo que seria el desarrollo que él hace del concepto de borde autístico introducido por Laurent hace años, vemos que esa noción se convierte en una clave para entender toda una serie de fenómenos que a primera vista parecen desprovistos de toda lógica, en los niños autistas, pero que justamente a partir de ese concepto se ordenan de una forma completamente lógica. Demostrando que la idea, la noción tustiniana de autismo encapsulado era una trampa, porque imaginarizaba el borde en el que el sujeto autístico estaba encerrado. Esa idea del encapsulamiento no permitía descubrir la porosidad, la complejidad, las capacidades evolutivas y de transformación que se encuentran en esa estructura misma del borde. Esto es crucial, porque si nosotros vemos a un niño autista como encapsulado, lo vamos a condenar a seguir en su cápsula. Pero si sabemos que el borde es la estructura, que contiene también sus porosidades, sus complejidades, que se puede desplazar, y que puede pasar de lo que seria un funcionamiento aparentemente limitado a lo que seria en el espacio, en el objeto, a ser algo que también pasa de dimensión en una elaboración de saber, entonces entendemos, que sin una discontinuidad, sin ruptura, el sujeto autista puede ensanchar su mundo hasta limites que a veces nos sorprenden.

Bien, quizá, debería añadir otro elemento también, que puede que no se refiera a una noción, que no tiene como decíamos en una conversación previa con Jean Claude, la universalidad, en el sentido de que no es tan evidente en todos los casos, pero que pienso que también puede ser crucial, porque, en algunos de los casos de niños que tratamos, también puede ser un concepto que nos permita operaciones concretas en la clínica, la capacidad para poder entender ciertos fenómenos, y convertir ciertas operaciones del niño en algo que sea verdaderamente auto-terapéutico, es decir que, nos permiten desarrollar todas las potencialidades del propio funcionamiento del sujeto. Se trata de un aspecto que también esta muy desarrollado en el libro de Maleval, que podríamos llamar de forma resumida, la problemática del estadío del espejo en el autismo. Y en este apartado de su libro, Maleval nos muestra que detrás de la engañosa ausencia absoluta de lo imaginario en ciertos casos, se esconde también la posibilidad de un trabajo que permite a veces a través de vías complejas y muy prolongadas, una cierta subjetivación del cuerpo que introduce una cierta función de un yo ideal de suplencia, que en muchos casos de autismo va a permitir producir verdaderamente un cambio sustancial en la relación del sujeto, primero a través del doble imaginario, como ya habían planteado los Lefort, y a través de ahí transformando también su relación con el otro, para producir cierta posibilidad de un vinculo social. Se trata de un trabajo sobre la función del doble que nos lleva a una reconsideración de la problemática del estadio del espejo, pero que insisto, contiene la clave de algo que va mas allá, en la medida en que se puede convertir en un elemento fundamental de subjetivacion en la relación del sujeto con su cuerpo y de alguna manera también es un elemento que vemos que tiene mucha importancia, en la medida en que nos puede orientar en toda una serie de fenómenos muy raros y complejos que en efecto tienen una presencia constante en esta clínica.

Bien, hay muchas más cosas, no me voy a extender más, creo que con esto ya les he dado un cierto catálogo de los que serian los enormes recursos que todos ustedes pueden encontrar para abordar esta clínica compleja, en un momento en el que verdaderamente necesitamos el suplemento, porque hay que decir y lo voy a decir de una forma muy resumida, que el autista es de alguna manera, estaba pensando cual seria la palabra  -cuando se secuestra a alguien es un hotage-, ¡un rehén! ¡sí!, el autista es el rehén real del discurso de la ciencia en el cuerpo. Dicho discurso intenta verificar una nueva versión actual del hombre máquina, el hombre maquina del siglo XVIII es actualmente un hombre neurológico, neural, y se convoca al autista verdaderamente para que se convierta en el esclavo ideal y demuestre esta nueva versión del hombre. Así que luchando por el reconocimiento del sujeto en el autismo, también estamos luchando contra esta ideología que es una forma actual de barbarie, que nos afecta a todos.

Jean-Claude Maleval: No es fácil resumir después de estas dos presentaciones que ilustran el trabajo, difícilmente contradecirlos.

Enric Berenguer: pero sin embargo, usted puede...

Jean-Claude Maleval: Sin duda mi trabajo produce una nueva práctica con los autistas, una nueva práctica en el campo psicoanalítico.

Los psicoanalistas freudianos se orientan sobretodo en la reconstrucción de una imagen del cuerpo.

En Francia ha habido mucho debate sobre el tema no sé si también en España. En la técnica del parking, se trata de darle una especie de traje “húmedo” al autista, se les envuelve en sabanas, es una técnica que ya se usaba en psiquiatría para los esquizofrénicos, y parte de la idea de que la imagen del cuerpo es susceptible de ser reconstruida. Pero normalmente es a través de interpretaciones, que se intenta reconstruir esa imagen del cuerpo.

En nuestro campo Lacaniano algunos psicoanalistas apuntan a un trabajo del significante, hemos evocado el significante Uno solo, el significante congelado. Ha habido muchos trabajos que han buscado una vía por este lado.

Sin embargo, por otro lado, Tustin introdujo la cuestión del objeto autístico, insistiendo en el hecho de que el objeto autístico debía caer a lo largo de la cura.

Estas tres interpretaciones tuvieron mucha importancia en el campo del psicoanálisis.

Lo que propongo siguiendo la vía abierta por los Lefort y por Eric Laurent, es más bien apoyarse en el objeto y en el borde. Precisando que el borde lo entiendo de una manera muy concreta, para mí el borde se compone de tres elementos que se entrecruzan en los casos más complicados, pero se disocian quizás en los casos más abordables. El objeto autístico es uno de los elementos, el doble otro, y el tercero las islas de competencia, representado en el hecho de que algunos autistas son extremadamente eruditos en un dominio muy preciso, por ejemplo: los trenes, los coches o en cosas muy extrañas como los aislantes eléctricos o las mariquitas.

Entonces apoyándonos en ese borde es como orientamos la cura analítica. Aunque debería subrayar que la cura analítica es una excepción en el caso de los autistas, mientras la práctica más frecuente es una práctica institucional. Por ello me apoyo en efecto en los Lefort y en Eric Laurent, pero también me apoyo en Bettelheim.

Se ha criticado mucho a Bettelheim, se ha publicado un libro casi insultante hacia él: se le acuso incluso de tocar a los niños, y cosas así, seguramente de hecho por que sus resultados eran bastante excepcionales.

Evocamos muchas veces el supuesto 47% de resultados del método ABA. Bettelheim por ejemplo presentaba una tasa de éxito de un 42% de los autistas que trato y la muestra era de 40 sujetos. Además su criterio era mucho más elevado que los criterios del método ABA, porque de este 42% de éxito se trataba de sujetos que habían podido reintegrarse en una escolaridad normal o bien que habían encontrado un trabajo, mientras que el 47 % de casos de éxito del método ABA son escolarizados pero en escuelas especiales.

Por supuesto hubo un montón de criticas al trabajo de Bettelheim que no son todas falsas de hecho, es posible que sus estadísticas estén un poco hinchadas, pero bastantes niños testimoniaron qué era lo que sucedía en la escuela de Chicago donde trabajaba Bettelheim. Hay un caso de un chico que devino universitario y escribió un libro sobre esa experiencia, lo que da en efecto un peso a las afirmaciones de Bettelheim. No se invento todo eso.

Insisto en Bettelheim porque la práctica entre varios inventada por Antonio Di Ciaccia en la Antena 110 de Bruselas esta de hecho, hay que decirlo muy marcada por los trabajos de Bettelheim, con diferencias por supuesto.

Di Ciaccia por ejemplo no tenía aprioris en la manera de trabajar con los padres de los niños. Pero en lo que se refiere por ejemplo del trabajo a varios que propuso Bettelheim y el que se lleva acabo en la Antena 110 hay algunos puntos en común.

La diferencia tiene que ver un poco entre la aproximación freudiana y lacaniana del psicoanálisis. Bettelheim por ejemplo se presentaba como padre cuando en la práctica entre varios lo que hay es un vacío central.

La práctica entre varios es justamente lo que podemos proponer como lo más elaborado de nuestro campo, no tanto la cura individual como el trabajo entre varios. De hecho no hay cura individual en la Antena 110 ni en la práctica entre varios, lo que no quiere decir que sea desaconsejada, la cura se apoya en la demanda del sujeto y para aquella demanda en el campo de los autistas de Asperger se puede dar,  sin embargo en los autistas de Kanner eso es muy poco habitual.

Una noción fundamental que introdujo DiCiaccia en la práctica entre varios es la noción de “la dolce forzatura”, (forzamiento suave). Reprochamos habitualmente a los psicoanalistas el hecho de esperar la emergencia del deseo, sin hacer nada, cuando los autistas de alto nivel insisten en que hay un pequeño lado de apatía, que espera una estimulación.

Este forzamiento suave es lo que nos diferencia de los métodos de aprendizaje, porque los autistas de alto nivel esperan este forzamiento de estimulación, pero se quiere que partan de sus invenciones o de su saber implícito de sus puntos fuertes, lo dicen de maneras varias. Cuando los métodos de aprendizaje insisten en esta necesidad de estimular al sujeto, pero a partir del saber del educador y no a partir del saber del autista.

Muchos de los que trabajan desde las aproximaciones educativas,  se sorprenden del interés de los psicoanalistas por los testimonios de los autistas, digamos de Templer Grandin, de  Birgen Sellin, no ven que haya una relación con el psicoanálisis y sin embargo sólo el psicoanálisis puede concebir que por ejemplo, la trampa para abrazar (Templer Grandin) pueda consistir en una solución autista, también con los compañeros imaginarios o una ciudad imaginaria. Son invenciones propias de los autistas que en algunos casos, algunos educadores han intentado hacer desaparecer, arrancar como en el caso de la solución de Templer Grandin.

Los métodos de aprendizaje tienen un saber anticipado sobre lo que es bueno para el sujeto, cuando la especificidad del psicoanálisis es acoger las invenciones, la sorpresa, lo singular de cada uno.

Curiosamente los autistas de alto nivel son en varias ocasiones gente crítica con respecto al psicoanálisis, pero claro, tienen una concepción del psicoanálisis que no tiene mucho que ver con aquello de lo que ahora estamos hablando, cuando Grandin denuncia que le hicieron interpretaciones edípicas sobre el mecanismo que inventó, tiene por supuesto toda la razón, incluso otro autista consideraba que su psicoanalista no tenía nada que aprender de  ella, porque buscaba sistemáticamente la causa de su autismo del lado de un deseo inhibido.

Los métodos de aprendizaje que son dominantes en todo el mundo anglosajón para tratar el autismo, critican al psicoanálisis a partir de una concepción caricatural digamos, con un psicoanálisis que no tiene nada que ver con lo que proponemos, como lo que proponemos de la invención del borde. Esta es una concepción que es completamente ignorada y sin embargo no es nueva, ya que se puede encontrar en la práctica entre varios que fue inventada en 1974, en la que a pesar de no ponerse en primer plano la dimensión del borde, se pone en primer plano las invenciones y la diferencia propia de cada uno, lo que ya hacía de alguna forma Bettelheim.

El caso más conocido es el del niño maquina, allí Bettleheim hizo lo que se debía haber hecho con Templer Grandin, es decir, preservar su maquina. Ya había anticipado justamente lo que se demuestra en los autistas de alto rendimiento, justamente porque él estaba a la escucha de cada uno.

Entonces lo que habéis dicho al hablar de este libro (El autista y su voz) he intentado introducir algunas cosas nuevas desde que se publicó. En este no subrayo tan claramente que el autismo en el fondo no es una psicosis o si queremos sería una psicosis muy diferente a todas las demás. La razón esencial es que en la estructura psicótica hay ciertos pasos de la paranoia a la esquizofrenia a la psicosis maniaco-depresiva,  y en todos los sentidos posibles, y en cambio el autismo que tiene  puntos en común con la psicosis, no evoluciona hacía la paranoia hacía la esquizofrenia, el autismo evoluciona hacía el autismo, esto es muy especifico.

Hay otras razones pero esta es la razón mayor para distinguir entre autismo y psicosis. Esto lo he intentado seguir desarrollando. Otro punto que he desarrollado tiene que ver con las formas de hablar de los autistas, que Enric Berenguer comentaba en los niños del uno solo, del significante congelado, estos son conceptos complejos que se han discutido mucho en el campo lacaniano. Una pregunta que me planteo es ¿qué hay de la alienación en el autismo? Algunos sostienen que el autista no ha entrado en la alienación, otros que habría alienación pero de una forma específica. Todo el mundo sin embargo, esta de acuerdo en el punto en que no hay separación, es decir, que la pérdida del objeto no esta simbolizada.

Hay cuatro maneras en que el autista habla si consideramos que el mutismo es una de ellas: Hay entonces el mutismo, una lengua verbosa, aquella en la que el uno solo esta puesto más de manifiesto, una lengua de signos o de acumulación de hechos y frases espontáneas que son pronunciadas por los autistas mudos que a veces les sorprenden incluso a ellos,  Birgen Sellin por ejemplo ha pronunciado una frase: “devuélveme mi bola” cuando alguien le había quitado su objeto autístico.

Estas frases espontáneas siempre tienen la característica de holofrases, el sujeto esta extremadamente presente en aquello que dice, la voz está movilizada ahí, lo que es muy angustiante para el sujeto autista. Él no repite estas frases espontáneas, surgen casi siempre en un momento de angustia.

Estas frases son muy importantes para el sujeto autista, muestran que hay un acceso al sujeto del significante, hay por tanto alienación, pero esta alienación no es asumida, hay un cierto rechazo a la hora de utilizar el significante salvo en la lengua verbosa, esta lengua verbosa es una lengua que no tiene valor de comunicación, se trata de soliloquios que están producidos con el efecto de cierta satisfacción solitaria. Donna Williams decía que se hablaba a ella misma y que probablemente le gustaba el sonido de su propia voz.

Hay una cuarta manera de hablar que es la lengua de signos que se funda en la lengua del Otro, cuando justamente la lengua verbosa puede ser bastante rica en neologismos, lo que no es el caso de la lengua de signos, pero esta lengua de signos permite comunicarse socialmente, pero no es expresiva, esta cortada del goce del sujeto, cortada de su vida afectiva.

Son cuatro formas de hablar que tiene el autista y es necesario distinguirlas para el transcurso de la cura. En nuestro campo muchas veces y durante bastante tiempo conducíamos la cura del autista como la cura del psicótico, apoyándonos en la interpretación significante y por tanto tomando apoyo en la lengua verbosa.

Me parece que procede más apoyarse en la lengua de signos remarcando que la lengua de signos no está presente en todos los casos de autismo.

En un primer tiempo la cura del autismo debe orientarse hacía la construcción de un borde porque muchos autistas no tienen ese borde, serian los autistas pre Kannerianos porque los autistas Kannerianos son autistas que ya han construido defensas lo bastante sólidas.

Bien estos son algunos comentarios.

Enric Berenguer: como introducción antes de pasar la palabra al salón conviene ver por lo que comenta el Doctor Maleval que es un tema de debate y de investigación muy activa y que sin duda  lo lógico es que todos estos conceptos nos planteen preguntas, porque como el mismo Jean Claude Maleval nos acaba de describir hay toda una serie de detalles relacionados con conceptos de la teoría que todavía siguen siendo objeto de debate muy precisos, que han empezado hace muy poco tiempo. Pienso que el libro de Jean Claude Maleval es muy importante en este tiempo porque ha abierto ese debate a un nivel introduciendo elementos conceptuales que siguen de alguna manera, por elaborar.

Entonces paso la palabra a la sala para que puedan interrogar estas cuestiones.

Francesc Vilà: Podría hablar un poco más de esta cuestión que ha dicho de que la evolución del autismo va hacía el autismo.

Jean Claude Maleval: Quise distinguir cuatro posiciones subjetivas en el interior de la estructura autista. Ya lo decía esta mañana en la jornada de la ACAP. Los autistas sin borde aquellos que llamaba pre Kannerianos, que son bastante difíciles de distinguir de los esquizofrénicos, porque si el autista no ha construido un borde o trata de construirlo, lo va hacer primero con su cuerpo eventualmente con los limites de su cuerpo, con la saliva, con cosas así y justamente en nuestra conceptualización la esquizofrenia es un retorno del goce sobre el cuerpo. Los autistas que no tienen borde o para los que el borde esta en su propio cuerpo es muy difícil distinguirlos de los esquizofrénicos.

Citaba esta mañana a Tustin, que decía que cuando privamos a un niño autista de sus objetos autísticos algunos de ellos devienen hiperactivos, lo que me parece muy justo es una hiperactividad que he encontrado muchas veces en niños autistas. La hiperactividad se puede pensar como una forma de invasión del cuerpo por parte del goce.

En cambio en esta segunda posición que llamaba los autistas de Kanner que han construido, han elegido un borde que tiene una función aislante y protectora. Cuando Kanner describe la relación de estos niños con sus objetos parecen satisfechos, alegres, contentos siempre que se les deje tranquilos con su objeto, no están angustiados en cualquier caso. Y la evolución del autismo de Kanner se hace regularmente hacía el autismo de Asperger. Fue Lorna Wing, psiquiatra Inglesa la que en los años ochenta desarrollo este concepto. Decíamos, el síndrome de Asperger pero no lo ligábamos directamente al autismo. Sin embargo en el presente es un hecho que se da por adquirido que el autismo de Kanner puede evolucionar hacía el autismo de Asperger. Es un hecho indudable de la evolución desde que conocimos el primer caso de Kanner. En su articulo presenta 13 casos, el primero de ellos es Donald, Donald aun esta vivo, está jubilado, hizo una carrera de cajero en un banco, era la banca de sus padres, pero bueno tenía una pasión por las cifras que fue utilizada, y tenía además otras dos pasiones que aun tiene, el golf, hace aun competiciones e incluso algo que es muy sorprendente en casos de autistas y es que le gustan los viajes, ha viajado mucho en su vida. Por otra parte conduce su coche y vive de manera independiente en su casa y por tanto creo es lo que podemos llamar un autista Asperger.

Entonces el primer caso Kanner devino Asperger, eso no hace falta discutirlo mucho. Incluso en los casos de los autismos de Asperger pueden evolucionar de una forma en la que digamos que es muy difícil luego, captar lo que queda de autismo.

Bastantes autistas han sido diagnosticados muy tardíamente a los 40 ó 50 años y muy probablemente muchos autistas no son diagnosticados como tales.

Uno de los autistas de alto nivel por ejemplo explica lo que devino su borde: es una pinza de cocodrilo que carga en su bolsillo y cuando está inquieto en un momento difícil, se calma tomando su pinza y decía incluso que había encontrado otro objeto autístico, porque hubo una evolución de los objetos y que acabo siendo su teléfono móvil y como pueden ver pasa bastante desapercibido actualmente como objeto autístico, y entonces claramente, en relación a este recorrido se puede decir que el autismo evoluciona hacía el autismo hay sin embargo algunos casos excepcionales.

En 200 casos de niños autistas de Asperger se había visto solo uno evolucionar hacía la esquizofrenia. Hay algunos otros  estudios que muestran que algunos de ellos, pero en todo caso una proporción ínfima, ha podido pasar al caso de la psicosis y en breve preguntarse: ¿Es realmente  psicosis?

Kanner decía ya que si les privábamos de sus defensas, de sus objetos, se les inmovilizaba. Decía: vamos a encontrar el hospital psiquiátrico con comportamientos que parecerían perfectamente esquizofrénicos y quizás eso que llamamos evolución a la esquizofrenia, sería algo así como simplemente un paso al autismo descompensado.

En oposición a esto en cambio los Lefort sostenían que el autismo  evolucionaba hacía la paranoia. Solo conozco un caso clínico en el que esta cuestión puede evocarse y aunque pueda evocarse no me parece que la paranoia sea evidente.

Entonces salvo en raras excepciones, el autismo evoluciona hacía el autismo.


Irene Domínguez: ¿Piensa que la construcción del borde en el autismo es similar a la construcción del Sinthome?

Jean-Claude Maleval: Es una pregunta muy importante efectivamente.

El borde es al menos una primera tentativa poco elaborada por ejemplo en Donna Williams cuando describe como invento a Willie uno de sus compañeros imaginarios, eran primero un par de ojos  relucientes mirándola en la oscuridad, este par de ojos brillantes fue lo que capto esa imagen del doble. Lo más fundamental en el borde es la puesta en forma del objeto pulsional, la captación más bien de un objeto pulsional por una forma y por tanto es muy diferente del sinthome y es también una de las razones por las cuales la estructura autística es diferente de la psicosis, y tiene efectivamente muchas consecuencias en el tratamiento.

No es el trabajo del significante el que se pone en marcha en la estructura del autista es un apoyo sobre el objeto y este es un objeto que cada vez se hace más complejo apoyándose sobre los signos, de hecho los signos son ellos objetos lingüísticos. Es entonces muy importante pensar que el borde no es el sinthome


Pregunta: ¿Si pudiera desarrollar la diferencia entre la psicosis y el autismo, porque a veces es difícil la distinción entre una psicosis infantil, una esquizofrenia y el autismo?

Jean-Claude Maleval: Si absolutamente es una dificultad diferenciar, lo he evocado por ejemplo los autistas pre-Kannerianos de una esquizofrenia.

Hay cuatro o cinco puntos que permiten subrayar esta diferencia entre el autismo y la psicosis

El primer punto que se admite en la literatura internacional se pone el acento sobre ello, es la ausencia de delirios y de alucinaciones. Es posible que hayan alucinaciones visuales en el autismo, pero alucinaciones verbales auténticas con automatismo mental parece algo bastante poco común.

Otro punto es los escritos de los autistas. Muchos autistas escriben para reivindicar su inteligencia para señalar que los autistas no son débiles, que hay que tomarlos en consideración, que hay que tratarlos mejor y se presentan como autistas en sus escritos, se reivindican como tales. En cambio los psicóticos escriben al contrario, para decir que no son psicóticos, para decir que han encontrado un descubrimiento extraordinario.

Otro punto es la inmutabilidad. Es un concepto que ellos no conocen, es Kanner quien lo introduce, y es efectivamente un modo de defensa específico de los autistas.

El cuarto punto es lo que he señalado, la evolución del autismo hacía el autismo que yo diría que es incluso el elemento mayor.


Hay otro elemento diferencial, si vemos la esquizofrenia, hay todavía otro elemento diferencial y es que el esquizofrénico es fundamentalmente irónico, en general no cree en nada, denuncia más bien los semblantes. Cuando los autistas en general no denuncian cuando quieren algo, cuando están en estado de pedir alguna cosa, como podemos leer en el caso de Donna Williams, le dicen al otro: “me gustaría que me diera algunas reglas absolutas para poderme orientar en el mundo”, esto es fundamentalmente diferente de la ironía esquizofrenica.

Entonces estos son 5 puntos en los que se puede diferenciar el autismo de la psicosis, si no estoy olvidando alguno.

Enric Berenguer: Bueno por la hora ya tenemos que ir acabando pero sí quería introducir una pequeña anécdota  que tiene que ver justamente con este punto. Conseguimos que se publique el segundo libro de Donna Williams “alguien en algún lugar” y esto dio lugar a toda una serie de intercambios con ella por skype muy interesantes, porque ella es muy comunicativa hay que decir, y sin embargo Donna Williams dice constantemente que ella sigue siendo autista pero eso produce realmente una especie de diplopía extraña porque la gente no sabe cómo alguien que aparentemente se comunica tanto, puede seguir sosteniendo  su “autismo”, y lo sostiene con precisión, no es solamente una identidad, no, hay una decisión en eso.

Pero hay una gran anécdota y eso es lo que quería decir para terminar y es que ella fue contactada a través de la editorial por una periodista internacional, para una revista que estaba muy interesada en el caso de esa mujer que había tenido una vida tan extraordinaria, sobretodo porque había una historia infantil un poco truculenta con abusos. Entonces llamó a Donna Williams y luego me llamó a mi y me dijo “esa señora no es autista, no vamos a publicar la entrevista”. No pude convencerla de lo contrario y esa entrevista aun no se ha publicado.

Jean Claude Maleval: Donna Williams dice que ella es autista así como todos los autistas de alto nivel insisten en este punto. Dicen: si me quitaran mi autismo no sería yo mismo, eso es bien importante.

Entonces Donna Williams se comunica mucho, y también Templer Grandin se comunica mucho, pero comunican y son voluntariosas de una manera más sencilla cuando comunican o bien por escrito o bien a través del ordenador.

Williams relata que a veces ella da conferencias y que para ella es angustiante, porque hay que dejar ir la voz. Grandin realmente ha adquirido o ha llegado a una estabilización excepcional sobre ese punto, porque ella realmente puede dar conferencias sin demasiada angustia y eso es extremadamente raro en los casos de autismo.

Sin embargo tiene un repulso que es que ella, justo da conferencias sobre aspectos técnicos, que por supuesto ella tiene bien por la mano, es decir que no pone sus afectos en aquello que dice.

Esto es una manera de pensar las cosas, es realmente una de las estabilizaciones más alta a la que puede llegar un autista.

Josep Maria Panès: Si brevemente lo que me ha evocado los últimos comentarios de Enric Berenguer y la referencia a Templer Grandin, es otra anécdota contada por Lucia Vil.loca, y puedo decirla porque ella la ha contado más de una vez en público. Tuvo la ocasión de escuchar a Templer Grandin en un congreso de psiquiatría al que ella había sido invitada y después de escucharla hablar y luego hablar con algunas personas en la sala del gran hotel, se la encontró en el ascensor y ella que es una persona muy expansiva, muy enfática, se dirigió hacía ella con el gesto de abrazarla para saludarla y decirle lo mucho que le había gustado la conferencia y se dio cuenta inmediatamente que al verla ésta mujer, adoptaba una rigidez corporal, una sensación de extrañeza y espanto, e inmediatamente ella se dio cuenta de su equivocación  y cedió cierta distancia con un tono menos enfático y trasmitió ese contraste de que detrás de esa capacidad para hablar en público había un sujeto autista.

Traducción simultánea durante la presentación realizada por: Héctor Garcia. 
Transcripción y edición: José Castillo y Erick González.

lunes, 25 de febrero de 2013

Acerca de la clínica de Asperger y contribuciones

  
Una posible lectura Lacaniana de los autismos diagnosticados con el síndrome Asperger

Por: Jose Castillo

I. Hans Asperger, su época y sus debates

Para los fines de nuestra investigación conviene resaltar algunos intereses de Asperger y el atmósfera de sus investigaciones.
Asperger fue un psiquiatra infantil vienés, quien a través de su trabajo con el Movimiento de la Juventud Alemana, se interesó en la capacidad de algunos niños para formar grupos.
Más adelante tomará contacto con niños altamente inteligentes con peculiaridades interesantes, con conductas tan difíciles que era imposible mantenerlos en la escuela o en sus familias. Su trastorno constituía un ejemplo de la falta de capacidad de algunos niños de formar grupos, el trastorno no es tanto intelectual, sino que más bien se muestra en la relación del niño con otros seres humanos, en su falta de contacto

Su descripción original de estos niños como autistichen psychopaten enfatizaba la dificultad de estos niños para comprender la expresión emocional, y la naturaleza oscura e ininterpretable de sus propias emociones.
Desde el reporte de Asperger, los términos de psicopatía autística y Síndrome de Asperger (SA), han sido utilizados de forma indistinta, aunque el primero connota algún tipo de conducta antisocial o violencia, el segundo, más neutral parece preferible.
Este síndrome ha atraído la atención recientemente, con muchos casos reportados. El término está lejos de ser aceptado a nivel mundial, ya que permanece en la controversia. Sin embargo, existe un alto nivel de acuerdo en cuanto al síndrome de Asperger, y el hecho que comparte muchas de las características del autismo infantil, particularmente el déficit a nivel social, el cual se constituye su principal característica, y que el niño con un síndrome Asperger típico es inteligente, con un uso fluido del lenguaje pero con una utilización muy original del mismo, torpe motoramente, un seguidor persistente de intereses inusuales e idiosincrásicos y aislado de otros por una forma extraña de comportarse que le impide situaciones de carácter social.
Como una cuestión anecdótica en relación a  su biografía, resulta de interés que el propio Asperger durante su niñez manifestó rasgos de lo que luego él llamaría “psicopatía autista de la infancia”. De hecho se lo describió como un niño solitario, que tenía dificultad para hacer amigos, muy talentoso con el lenguaje y profundamente interesado en el poeta austriaco Franz Grillparzer.

Franz Grillparzer (Viena, 15 de enero de 1791 - Viena, 21 de enero de 1872), fue un dramaturgo austriaco. Su obra se encuadra en el estilo Biedermeier.
Hijo de un jurista, estudió derecho en la Universidad y empezó a trabajar en 1813 en la Corte imperial; en 1819 sufrió una fuerte depresión por el suicidio de su madre; en 1821 concursó sin éxito por el puesto de scriptor de la biblioteca privada imperial. En 1823 vino a ser al fin Hofkonzipist, y en 1832, director de los archivos del Imperio, puesto del que se jubiló en 1856. Sus años de educación coinciden con la Revolución francesa y la época napoleónica, pese a lo cual se mostró siempre de ideología conservadora. Aparece como personaje secundario en una de las novelas de Leopold von Sacher-Masoch, La zapatilla de Safo, y es citado por Nietzsche en sus Segundas consideraciones inactuales.
Luego de su formación médica en Viena, comenzó a trabajar en la Clínica Pediátrica Universitaria de Viena, sintiéndose particularmente atraído por la práctica de la Pedagogía Curativa contemporánea a su formación y en boga gracias a los trabajos de Rudolf Steiner.

Rudolf Steiner (Donji Kraljevec, Imperio austríaco [hoy Croacia], 25 de febrero de 18611Dornach, Suiza, 30 de marzo de 1925) fue un filósofo austriaco, erudito literario, educador, artista, autor teatral, pensador social y esoterista.2 3 4
Fue el fundador de la antroposofía, educación Waldorf, agricultura biodinámica, medicina antroposófica,5 y la nueva forma artística de la euritmia.
Caracterizó a la antroposofía como: La antroposofía es un sendero de conocimiento que quisiera conducir lo espiritual en el hombre a lo espiritual en el universo. Pueden ser antropósofos quienes sienten determinadas cuestiones sobre la esencia del hombre y del mundo como una necesidad tan vital como la que se siente cuando tenemos hambre y sed.
Steiner propuso una forma de individualismo ético, al que luego añadió un componente más explícitamente espiritual. Derivó su epistemología de la visión del mundo de Johann Wolfgang Goethe, según la cual «El pensamiento es un órgano de percepción al igual que el ojo o el oído. Del mismo modo que el ojo percibe colores y el oído sonidos, así el pensamiento percibe ideas».7

El Dr. Hans Asperger nació en Viena, Austria en la provincia de Lutz en 1906, en  donde coincidencialmente 10 años antes nacería el Dr. Leo Kanner. A  diferencia de Asperger, Kanner  emigrara a estados Unidos en 1924, donde conceptualizaría una clínica del autismo.

Por una parte Kanner en Baltimore, Estados Unidos en la Universidad Johns Hopkins, en donde publicara su trabajo en 1940 “Autistic disturbances of affective contact” y Asperger en Viena Austria en el Heilpädagogische Abteilung (remedial Department) of the University Paediatric Clinic fundado por Edwin Lazar en 1918, presentara su trabajo en 1943 “Autistic psychopathy” in childhood y en 1944 fue publicada. Dicha investigación de las psicopatías autistas, más tarde será reconocida con el nombre de síndrome de Asperger.

El término autismo tiene una historia atípica. Fue originalmente acuñada por el psiquiatra Eugen Bleuler en 1911 para describir lo que él percibía como uno de los síntomas más importantes de la esquizofrenia, el aislamiento social. Autismo quiere decir literalmente retirada a uno mismo, lo que parece describir el desapego activo que afectaba a algunos de sus pacientes.

En el caso de Leo Kanner él comenzó desde la premisa de que esos niños estaban experimentando esquizofrenia infantil, aunque era consciente de que no exhibían todos los síntomas de la esquizofrenia y usó la frase autismo infantil para describir la condición.

En el caso de Hans Asperger, él identificó un trastorno de personalidad que afectaba a algunos de los niños referidos por la clínica psiquiátrica infantil, pero él sentía que estaban descritos imperfectamente por el término autismo.

A diferencia de los pacientes psiquiátricos, los niños con autismo no presentan una desintegración de la personalidad. No son psicóticos, en cambio presentan un mayor o menor grado de psicopatología.

Martin Egge En Las teorías sobre el autismo y la psicosis infantil. Destaca (p.29) que “En su informe, Asperger diferencia la psicopatía autista del autismo esquizofrénico, porque en la esquizofrenia existe “la clausura en la relación entre el yo y el mundo exterior. Análogamente, la restricción de las relaciones en todos los ámbitos es determinante también para nuestros niños. En este caso no se trata de niños con trastorno en el centro de la personalidad, por lo tanto no son psicóticos, sino solamente más o menos anómalos, psicopáticos” .

El intento de Asperger es demostrar que en el centro de esta anomalía hay “una perturbación de las relaciones vivas con el mundo circundante, un trastorno que explica todas las otras anomalías”.

Por otra parte el trastorno de contacto es justamente el quid que conduce al sujeto a tomar distancia de las cosas concretas, lo cual es la premisa de la abstracción necesaria para la elaboración conceptual”
Las críticas de la comunidad médica de la época no tardaron en llegar. Entre otras cosas se le acusó de basar sus estudios sólo en esos cuatro casos, restándole así credibilidad científica, lo que fue refutado por el profesor Günter Krämer, de Zurich, quien certificó que el trabajo de Asperger se basó en investigaciones sobre más de más de 400 individuos.
Jean Claude Maleval señala en su articulo “De la psicosis precocísima al espectro de autismo” como justo un año después de la muerte del médico austriaco 1980 fue la psiquiatra inglesa Lorna Wing, la primera persona quien reactualiza el trabajo de 1944 y utiliza el término síndrome de Asperger, al publicar el trabajo El síndrome de Asperger: un relato clínico en la revista Psychological Medicine. Haciendo una recensión de los trabajos anteriores y una propuesta para definir el síndrome de Asperger.
 Lo ilustra con treinta y cuatro casos, algunos de los cuales muestra un pasaje progresivo desde el autismo infantil hasta la patología descrita por Asperger. Sin embargo, es el importante volumen editado en 1991, Autism and Asperger síndrome, el que impone el acercamiento entre ambos y permite que, gracias a su traducción inglesa, llevada a cabo por Uta Frith, se difunda el artículo difícilmente accesible de Asperger.
Lorna Wing afirma: “El argumento más demostrativo a favor de la existencia de un continuum que se despliega sin forzamientos desde el autismo de Kanner hasta el síndrome de Asperger proviene de un material clínico de acuerdo con el cual un mismo individuo, indudablemente autista en sus primeros años, hizo progresos que lo condujeron en la adolescencia a desarrollar todas las características del síndrome de Asperger”.
Recién en 1994 la Asociación Estadounidense de Psiquiatría reconoció formalmente esta discapacidad como una subcategoría definida dentro de los trastornos generalizados del desarrollo, publicando estos criterios clínicos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-IV). 

Época debate Ana Freud- Melanie Klein

Conviene tener en cuenta y en paralelo, en este periodo histórico de los cuarenta el debate entre Ana Freud y Melanie Klein alrededor del psicoanálisis con niños y por otra parte, la lectura de Lacan respecto a qué psiquiatría se desarrollaba en la época, en especial su texto “la psiquiatría Inglesa y la guerra” para nuestros fines investigativos del grupo. También el momento histórico mundial, post segunda guerra mundial. (*)

Del rasgo autista de Bleuler a la psicopatías autistas de Asperger

Respecto al nombre y concepto de autismo considero coyuntural tener presente que este vino a desplazar al concepto de autoerotismo desarrollado por Freud en su teoría psicosexual planteada en “Tres ensayos sobre teoría sexual”, trabajo que tanto Carl Jung como Eugen Bleuler mostraron siempre sus reparos en aplicar para las psicosis.
Eugen Bleuler, designó así uno de los síntomas más específicos de la esquizofrenia, significando que los esquizofrénicos pierden el contacto con el mundo real, no se preocupan del mundo exterior, acusan deficiencias de iniciativa, ausencia de finalidad concreta, ceguera para muchos factores de la realidad, confusión mental, actitudes repentinas y manías; a todo ello se añade la falta de motivación exterior suficiente para muchos de sus actos, así como para su actitud general ante la vida, deficiencias tanto en la intensidad como en el alcance de la atención y la concentración, terquedad caprichosa, deseo simultáneo de algo y de su contrario, acciones compulsivas, automatismos, ejecución automática de órdenes recibidas, y otros fenómenos semejantes.
 En los esquizofrénicos se encuentran todas esas peculiaridades sumamente marcadas, es decir, como síntomas psicopáticos, haciendo que tales individuos sean absolutamente intratables e imposibles de influir. Pero ya en el tipo de niños psicópatas que describe se encuentran todos esos rasgos con la misma tonalidad característica, aún cuando en grado mucho menor. Tales niños no están perturbados en el núcleo mismo de su personalidad, por lo que, aunque con dificultades, son influenciables y educables. Más también en su caso, el trastorno fundamental arroja una luz muy significativa sobre todas las manifestaciones de la personalidad y explica no sólo las dificultades, sino también los éxitos y los fracasos del autista.
Si uno ha tenido ocasión de observar las manifestaciones características de ese tipo, podrá advertirlas, aunque en formas leves, en muchos niños.

II. Psicopatía Autista de la Infancia

La descripción del síndrome de Asperger se realizó por primera vez en la siguiente publicación:
Asperger, H (1944). Die Autistischen Psychopathen” im Kindesalter. Archiv. für Psychiatrie und Nervenkrankheiten, (European Archives of Psychiatry and Clinical Neuroscience 1944; 117(1):76–136.
En su estudio Asperger señala que los niños que  presenta tienen en común una alteración fundamental que se manifiesta en su aspecto físico, las funciones expresivas y en toda su conducta
Justifica su elección de hablar del autismo en un esfuerzo por definir el trastorno básico que genera la estructura de la personalidad anormal de los niños que estudio.
Señalando sus antecedentes en el concepto de autismo utilizado por Bleuler en su estudio de las esquizofrenias. Singularizando que el autismo en el sentido de Joseph Bleuler se refiere a una alteración fundamental de contacto que se manifiesta en una forma extrema en pacientes esquizofrénicos.
Destaca sobre el acuñamiento del nombre autismo elegido por Bleuler, como sin duda una de las grandes creaciones lingüísticas y conceptuales en la nomenclatura médica.
En este punto conviene detenernos en la discusión entre Freud y Bleuler a propósito del autoerotismo y la teoría psicosexual a la que se opondría tanto Bleuler como Jung particularmente en lo referido al campo de las psicosis.(**)
Uta Frith comentara que lo así llamado por Asperger como psicopatías autistas podría haber sido también llamado trastorno de personalidad autista o autismo  para ponerlo en consonancia con la época en que hace su traducción, (1991).
En  su  artículo describe a cuatro niños, entre seis y once años, quienes presentaban entre otros rasgos comunes:
Situó la aparición de los síntomas entre los dos y tres años de edad o en ocasiones a una edad más avanzada y observó mayor proporción de varones que de mujeres. Asperger también se refería a ellos como los pequeños profesores, por su capacidad de hablar sobre su tema favorito con gran detalle y profundidad.
El desarrollo lingüístico del niño (gramática y sintaxis) es fluido pero extenso, literal y pedante y con frecuencia avanzado, utilizando monólogos o conversaciones unilaterales mostrando deficiencias graves con respecto a la comunicación pragmática o uso social del lenguaje.
Una  dificultad en la interacción social, pese a su aparente adecuación cognitiva y verbal con una carencia de empatía, poca capacidad para establecer amistades.
Un nivel cognitivo comprometido y dirigido a algún tipo de habilidades en específico con estrategias cognitivas sofisticadas y pensamientos originales, con dificultades en el proceso de otros aprendizajes.

Relaciones peculiares que puede desembocar en francas reacciones de explosiones agresivas.
Sus juegos son repetitivos y carecen de significación simbólica. Desarrollo de comportamientos repetitivos e intereses obsesivos de naturaleza idiosincrásica.
Movimientos corporales torpes y estereotipias muy determinadas.
Pronóstico positivo con posibilidades altas de integración en la sociedad.
El doctor Asperger estaba convencido de que muchos de estos menores utilizarían sus talentos especiales en la edad adulta, por lo que siguió por años a uno de sus pacientes (Fritz V.), quién se convirtió en profesor de la astronomía, logrando resolver un error en el trabajo de Newton, que había descubierto cuando era niño. Precisamente esta perspectiva positiva de la patología es lo que distingue su descripción de autismo, de la que había desarrollado Leo Kanner en 1943.
Asperger partía de la premisa de que, pese a las importantes dificultades que generaban, estos niños tenían capacidad de adaptación si se les proporcionaba una orientación psicopedagógica adecuada. Por ello siguió desarrollando su trabajo en el ámbito de la Pedagogía Curativa, estrategia terapéutica que integra técnicas de educación especial en la práctica médica, sustentando todo ello en el trabajo de un equipo multidisciplinario formado por médicos, personal de enfermería, educadores y terapeutas.
  Asperger destaca una serie de problemas que, aún hoy en día, se presentan como interrogaciones en el campo pedagógico, terapéutico y de interacción social de las psicopatías autísticas:

- Parece que pueden adquirir habilidades, pero no consiguen operativizar de forma adecuada dichos aprendizajes, salvo que exista una orientación y supervisión cercanas.

- Los problemas del comportamiento, que pueden oscilar entre aislamiento más relevante hasta una agresividad franca como explosiones ante mínimos estímulos.

- La dificultad del diagnóstico diferencial, que lo sitúa en una difícil categorización clínica, al ser claramente diferente de la esquizofrenia (por no tener alucinaciones ni delirio), del autismo (por poseer lenguaje y ser “más inteligentes”), de la psicopatía (porque las alteraciones comportamentales no son constantes).

“Participa este cuadro de Psicopatía Autística de características descritas en los Esquizotímicos de Kretschmer, de las formas desintegrativas de E.R. Jaensch, del Arquetipo Introvertido de Jung, podrían ser una clínica autística, pero sería “Autismo inteligente” (hoy día se les denomina como “autismo de alto rendimiento”). 

Ernest K

Ernest K, fue uno de los cuatro chicos junto con Harros L, Fritz V, y Hellmuth L. A quienes el psiquiatra vienes estudiaría y presentaría como muestra de la clínica de las psicopatías autistas.

Tiene 7 años y medio cuando es derivado del colegio por problemas de conducta y problemas de aprendizaje.

Los puntos que destaca Asperger del historial familiar son que tuvo un nacimiento y desarrollo físico normal. Fue hijo único. Comenzó tarde ha hablar (al año y medio fueron sus primeras palabras).
Por un largo tiempo tuvo dificultades en el habla (tartamudez). A sus 7 años y medio su habla es excepcionalmente buena, habla “como un adulto”.
Reportan una infancia difícil, no prestando atención ni su a indulgente madre ni su a estricto padre. Señalan que no fue incapaz de realizar cualquier pedido dentro de su cotidianidad. Su madre cree que fue por causa de su torpeza y su falta de sentido práctico, pues tenía más dificultades que los otros chicos. Por ejemplo tenía dificultades en vestirse solo, precisando de ayuda denotaba una cierta holgazanería que eternizaba cualquier pedido o realizaba muchos errores. Aprendió a comer por si mismo sin embargo de un modo desordenado. Su madre señala también que en ocasiones era muy travieso y no hacía lo que se le ordenaba.

Nunca fue capaz de estar con los otros chicos, fue imposible llevarlo a parque, pues cuando se lo llevaba, al instante acababa embrollándose en peleas con los otros chicos.
Aparentemente el pegaba o insultaba a los otros chicos indiscriminadamente. Lo que causo muchos problemas también a la hora de iniciar la escolaridad. Actuaba como un objeto de burla para su clase y se burlaban sin piedad. Y contrariamente a mantenerse alejado de los otros niños se comportaba como un alborotador. En ocasiones él pellizcaba o hacía cosquillas a otros chicos o les apuñalaba con un lápiz. Le gustaba mucho contar historias fantásticas en las cuales el siempre aparecía como un héroe. Contándole a su madre como lo habían alabado en clase y otras historias similares.

El reporte de derivación señalaba lo difícil que se les hacía el saber cuan brillante era. Antes de entrar al colegio todo el mundo estaba convencido de que iba a aprender muy bien, ya que él siempre estaba haciendo una observación inteligente y observaciones originales.
Además por él mismo había aprendido a contar hasta 20 y se sabía el nombre de varias letras. En la escuela sin embargo fracaso miserablemente él se las arregló para pasar al primer nivel (erróneamente, como hemos tenido motivos para observar más adelante), pero ahora, en el segundo nivel, de acuerdo con el profesor, él no estaba actuando adecuadamente en lugar de escuchar y responder cuando sea apropiado, constantemente discutido con el profesor sobre la forma de mantener su bolígrafo.

Según el informe, tenía una fuerte tendencia a discutir con todos y para reprenderlos. Él era “muy preciso”: algunas cosas siempre debían estar en el mismo lugar y ciertos eventos siempre debían ocurrir de la misma manera, o hacía una gran escena.
Tenía algunas interesantes contradicciones: en cierta manera él era particularmente sucio y podía no tener orden en usar algo, pero en otras ocasiones era pedante hasta la obsesión.

Historia Familiar

Del padre se lo conocía como nervioso e irritable. Era ayudante de sastre. El era claramente excéntrico y solitario.
Asperger aprecia que a la madre no le gustaba hablar de las circunstancias domesticas y valora que quizás la madre no era muy feliz por las dificultades de carácter de su marido.
La describe como una madre brillante y extremadamente buena mujer cuya vida no había sido nada fácil. Ella se quejaba de nerviosismo y dolores de cabeza, de ser muy sensible y el que se encontraba en una difícil situación por los cuidados de su hijo y por solo ser su hijo su único interés, por razones que Asperger lee obvias. 
Del resto de la familia se la describe como sin peculiaridad y el haber dado la información con reticencia.

Apariencia y comportamiento

Ernest era un chico alto, dos centímetros por encima de la media, delgado y delicado. Su postura era descuidada con los hombros caídos. Su rostro era apuesto, con rasgos finamente cincelados, estropeado solo por sus orejas deformes. Él era particularmente vaso-lábil, pasaba de la vergüenza a la excitación, de pecas finamente delineadas y se le manifestaba el sudor en su nariz.

Su mirada, muy característica, hacía lo lejos y desenfocada, daba la apariencia de “haber caído del cielo”. Su voz encajaba con esta mirada desenfocada, era alta y ligeramente nasal y prolongada, más o menos como una caricatura de un degenerado aristócrata (como por ejemplo la del inmortal Graf Bobby)

No era sólo su voz sino su discurso que daba la impresión de rayar con lo caricaturesco. Ernst hablaba sin parar independiente de las preguntas que se le hacían. Todo lo que hacía era acompañado con explicaciones elaboradas. El constantemente justificaba su manera particular de hacer. El tenía que decir a los demás también lo que llamó su atención independientemente de ser pertinente o no con la situación.

Por su dicción se le consideraba muy adulto así como por la observación que prestaba, en contraste sus habilidades prácticas eran muy insuficientes. Podía recitar en detalle todas que hacía al levantarse y vestirse por la mañana, pero en realidad siempre olvidaba o confundía las cosas. Mientras que él podía recitar la teoría, en un nivel práctico su inadecuación era más que evidente.

En un grupo que tenían como consigna seguir una orden en común, se comporto increíblemente mal, especialmente en la lección de PE. Ernest siempre estaba fuera del grupo. Esto no sólo porque era torpe desde el punto de vista motor, si no sobre todo, porque no tenía noción de la disciplina o cómo pedir. Era un fastidio cuando se quejaba o se hería. Tanto como cuando empezaba hablar despreocupadamente: “o sí, ya lo tengo, ya lo sabía”.

Al final de su estancia en la sala, seguía siendo un desconocido, caminando entre los otros niños sin poder participar adecuadamente en sus juegos. A lo sumo podía iniciar una conversación con uno de ellos pero de repente iniciaba una lucha furiosa sin razón aparente o porque alguien le había molestado por supuesto, él era el blanco perfecto para las burlas, de hecho, su actitud entera estaba diseñada para provocar burlas. Él era un muchacho rencoroso, que pellizcaba y empujaba a los otros niños arruinaba secretamente sus juegos. Cuando los niños más pequeños o los profesores se molestaban por esto, él  sólo se incentivaba a realizar más travesuras.

Él se hizo la vida difícil por su torpeza y el sin fin de vacilaciones. Si algo era sólo un poco diferente de la manera que él lo había imaginado o de lo que estaba acostumbrado, él se molestaba y confundido realizaba largas disputas. Era muy complicado para los profesores poner un alto a estas disputas. Él también se torturaba con su obsesiva pedantería. Por ejemplo él quería un suéter para navidad, pero este deseo no se pudo conceder en vez se le dio una camisa particularmente agradable y unos juguetes. Se puso inconsolable por esta incorrección. Ni siquiera miró los otros presentes y no estuvo contento durante todo el periodo de las navidades.

En una de las pruebas de capacidades se opto por utilizar el método de la palabra completa, dejando fuera la fonación, como un experimento cuando le enseñaban. Sin embargo, cuando tuvo que leer y escribir palabras de esta manera, esto también resultó extremadamente lento y tedioso. Además de sus dificultades específicas de aprendizaje, había, por supuesto, con las dificultades generales de aprendizaje que resultaron de su perturbación contacto. Sin embargo, fue posible demostrar que el niño había hecho algunos progresos. El esfuerzo personal del profesor fue inmenso. Desde luego debería ser enseñado de forma individual, ya que era imposible llevarlo a concentrarse en un trabajo en un grupo.
Esto produjo un cambio de colegio de uno ordinario a uno especial hasta el momento que la madre considero era una degradación para el niño y lo cambio de nuevo de colegio.

Era muy difícil decidir si Ernest era particularmente capaz o retrasado​​mental, pues existen numerosas personas con retraso inequívocamente que muestran las típicas características inconfundibles de una psicopatía autista: la perturbación de contacto, con los fenómenos típicos expresivas en términos de mirada, voz, mímica, el gesto y el movimiento, las dificultades disciplinarias, la malicia, pedanterías y los estereotipos, el autómata como la naturaleza de toda la personalidad, la falta de capacidad de aprender(adquirir automatismos programados).
 
Algunos aportes del trabajo de Asperger en la incidencia psicoanalítica del tratamiento del sujeto autista.

- Maleval destaca en su artículo ¿qué tratamiento para el sujeto autista? La resonancia de una línea paradigmática que destaca Lacan para el tratamiento del sujeto autista “si no consiguen oír lo que ustedes tienen que decirles, es en tanto que se ocupan de ellos” allí donde Asperger decía que aconsejaba, hablar sin aproximarse personalmente, con calma y sin emoción, afectando una pasión apagada. (p.223) En “el autista y su voz”.

“si les damos consignas de forma automática y estereotipada, con una voz monocorde, como ellos mismos hablan, tenemos la impresión de que deben obedecer, sin posibilidad de oponerse a la orden (p.216)
“así no solo el mensaje también puede llegarles, como en eco, sino que además son particularmente receptivos a él. La sugestión siempre inherente a la palabra del otro toma entonces un peso acentuado, sin duda porque la ausencia de división en la escucha entre el enunciado y la enunciación no le permite al autista interrogarse sobre el deseo del Otro, de tal manera que entonces el mensaje puede ser recibido, de acuerdo con la expresión de Asperger, como una ley objetiva impersonal. (p.217).

- Asperger ya destacó la importancia del fallo en el anudamiento entre el goce y el lenguaje, que se encuentra en el origen del autismo, cuando advirtió que el saber de tales sujetos se desarrolla dentro de un vacío emocional. “esas personas son, si lo expresamos crudamente, autómatas de la inteligencia. En ellas la adaptación social se produce a través de la inteligencia. Hay que explicárselo todo, enumerarlo todo (lo cual sería un error grave en la educación de los niños normales); tienen que aprender las tareas diarias como los deberes de la escuela y ejecutarlas sistemáticamente. (p.191) (p.167-168)

-  (ver. P.41 “De la psicosis precocísima al espectro de autismo” en este punto de la hipertrofia compensatoria Maleval relaciona los trabajos de Bettelheim con los de Asperger)

La hipertrofia compensatoria de los autistas de Asperger se desarrolla a partir del retorno del goce al borde autístico, apoyándose en tres formaciones que le son inherentes. Su interdependencia no siempre permite distinguirlas claramente: el objeto es un doble, que con frecuencia se concretiza; el objeto se desarrolla asociándose a islotes de competencia; el Otro de síntesis nace, mediante la ecolalia retardada, de las palabras del doble. La salida del repliegue sobre sí mismo para orientarse hacia la autonomía pasa necesariamente por una utilización de los elementos del borde autístico, no ya por un sellado de la frontera entre el mundo securizado y el caos exterior, sino por la búsqueda de un ordenamiento y una pacificación de ciertos campos de este último. (p.195) en “El retorno del goce al borde autístico”. (p.154)
Los trabajos de Asperger, basados en una muestra amplia de más de 200 niños a lo largo de más de 10 años, nunca menciona la presencia de alucinaciones en estos niños. Si introduce la noción de psicopatía para designar su tipo clínico, es precisamente porque quiere diferenciarlos de la esquizofrenia. Y afirma no haber observado más que una sola vez la evolución hacia la psicosis: En todos los otros casos, algunos de los cuales han sido seguidos durante 20 años, no ha habido esta alteración de la psicopatía hacia una verdadera psicosis. Y no menciona ni una sola vez el término alucinación. (p.198) En “Oyen muchas cosas, pero… ¿Alucinan?

- También señalaba que los sujetos autistas reaccionaban favorablemente si se les presentaban las órdenes no como personales, sino como una ley objetiva impersonal. En cuanto la realidad ésta estructurada, les parece menos peligrosa y más habitable. Todos ellos están a la espera, como Williams, de reglas absolutas. (p.242)

- Dedicarse al mantenimiento de su soledad separándose del Otro, a menudo mediante objetos sobreinvestidos, y trabajar por la inmutabilidad de su entorno aferrándose al mantenimiento de referencias fijas: tales son, en efecto, según Kanner y Asperger hacen una continuidad entre los dos cuadros descritos por ellos. (p.86) En “Más bien verbosos, Los autistas

De entrada, Asperger constata que en ello reside lo esencial: carecen ante todo de armonía entre el afecto y el intelecto. (p.84)

La existencia de una estructura autística parece desprenderse de la constatación de un espectro clínico. Asperger escribe: “La persistencia en el tiempo de la personalidad autística tipo constituye un índice crucial que demuestra que se trata de una entidad natural. A partir del segundo año de vida, se encuentran ya rasgos característicos que permanecen claros y constantes a lo largo de la vida entera. Por supuesto, la inteligencia y la personalidad se desarrollan, y a lo largo de esta evolución algunos rasgos se afirman o retroceden, de tal modo que los problemas que se presentan varían considerablemente.
Pero los aspectos esenciales de tales problemas se mantienen inalterados. En la infancia temprana, los autistas tienen dificultades para la adquisición de competencias simples en el dominio de la vida práctica y la adaptación social. Estas dificultades provienen de un mismo trastorno que provoca, en la edad escolar, problemas de aprendizaje y de comportamiento, en la adolescencia, problemas relativos al trabajo y a las competencias, luego en la edad adulta, conflictos sociales y conyugales. Así, aparte de su sintomatología propia, lo que hace del autismo una entidad particularmente reconocible en su constancia” (p.65) En “De la psicosis precocísima al espectro de autismo”.

Donna se autodefine como autista High functioning, pero no cree estar afectada por el síndrome de Asperger. En un añadido a su autobiografía que se  encuentra en otro libro (il mio e loro autismo), habla de su marido Paul, con quien vive desde hace tres años y al que considera un Asperger (p.231 en De parte de los autistas)

Referencias

Asperger, H (1944). Die Autistischen Psychopathen” im Kindesalter. Archiv. für Psychiatrie und Nervenkrankheiten, (European Archives of Psychiatry and Clinical Neuroscience 1944; 117(1):76–136. 

Asperger, H. Pedagogía Curativa: Introducción a la Psicopatología infantil para uso de médicos, maestros, psicólogos, jueces y asistentas sociales. Fecha de la 1ª edición: Viena, Abril de 1952. Barcelona. Editorial Luís Miracle, 1966. (Disponible en Internet)

Egge Martin. El tratamiento del niño autista 2008. (p.28), (p.231) Editorial Gredos.

(*) Fendrik Silvia. Psicoanalistas de niños. La verdadera historia. 1. Melanie Klein y Anna Freud. Editorial Letra viva 2004. “En cuanto a los contenidos de las oposiciones binarias, tenemos: del lado de M.K, la transferencia desde el inicio del análisis, del lado de A.F, un niño incapaz de transferencia. M.K se dirige al inconsciente, A.F se dirige al yo. M.K habla de un superyó arcaico, A.F habla de un superyó heredero del complejo de Edipo. M.K equipara el juego a la asociación libre, A.F dice que no hay asociación libre. Sin olvidar la oposición de base: psicoanálisis puro/ psicoanálisis aplicado”. (p.66)

Laurent Eric. La Bataille de l´Autisme. De la clinique à la politique. Navarin. Le Champ Freudien 2012. (p.19).

(**)Makari George. Revolución en mente. La creación del psicoanálisis. Sexto Piso Editores 2012. “..Jung informó a Freud de que Bleuler había rechazado el concepto de autoerotismo y que desarrollaría su propio concepto rival de autismo en el manual de Aschaffenburg. [..] El hombre que había hecho de la demencia praecox un elogio a la teoría de Freud estaba bailando con el enemigo” (p.280).
“En el otoño de 1911, publico Dementia praecox: el grupo de las esquizofrenias..Una buena parte de la teoría de Bleuler contenía remanentes de sus debates con Freud. Por ejemplo Llamó al aislamiento psicótico interior autismo, la versión desexualizada de Bleuler del autoerotismo de Freud. La ambivalencia esquizofrénica estaba basada en la teoría de sentimientos contrarios pero simultáneos que Bleuler desarrolló mientras discutía con su colega vienés. También tomó prestado aspectos de la psicopatología francesa para retratar a los esquizofrénicos como personas con asociaciones mentales escindidas.” (p.334)
“Jung reiteró las anteriores críticas de Bleuler y estuvo de acuerdo con su antiguo jefe en que el autismo esquizofrénico no podía ser reducido al autoerotismo. La libido, explicó Jung, debía ser definida de forma más general como la Voluntad de Schopenhauer, era una lucha interna” (p.363)

Maleval Jean Claude. El autista y su voz. Gredos 2011. (p.22), (p.60), (p.65), (p.191), (p.223): “De la psicosis precocísima al espectro de autismo”;Oyen muchas cosas, pero… ¿Alucinan? ;  “Más bien verbosos, Los autistas”; “El retorno del goce al borde autístico” ; “¿qué tratamiento para el sujeto autista?”

Uta Frith, Autism and Asperger Syndrome. Cambridge University, 1991.
Chapther 2. “Autistic psychopathy“ in childhood. Hans Asperger. Translated and annotated by Uta Frith.  

Uta Frith, Autismo Hacia una explicación del enigma. Alianza editores, 2006.

Paloma Baytelman. 20 de noviembre de 2006 (MundoMedico)