miércoles, 11 de febrero de 2015

Comentario al texto La Institución, encuentro determinante para el niño

 

Lectura del texto de B e r n a r d   S e y n h a e v e :  
L a   i n s t i t u c i ó n ,   e n c u e n t r o   d e t e r m i n a n t e   p a r a  e l   n i ñ o .

Seynhaeve cita a Eric Laurent en su texto: la Lettre Mensuelle 121, en relación con la creencia neurótica de que: “es su consciencia la que crea la serie de leyes” o de que “el Otro con quien se relaciona, es el de un determinismo que lo aligera de su deber”. El analizante, al escribir su historia al hilo del análisis, puede llegar a la misma conclusión: 'cuanto más cambian las cosas, más permanecen igual'. Sin embargo, refiere la propuesta de Laurent según la cual es lícito rehusar la implicación de un determinismo universal, inscribiendo el futuro como un conjunto de posibles. Hacer que el sujeto localice el mal encuentro con el objeto. Cita nuevamente a Laurent: “El real se agrega o se transforma en efecto de una estructura de encuentro, de una tyche que implica al sujeto.” Que le permite ubicar la manera en que “es tomado en su ser por el orden simbólico” y destituir el “ya estaba escrito” y al sujeto supuesto saber.

En la psicosis no hay destitución posible del sujeto supuesto saber porque el sujeto parte de la certeza, no de la suposición. El sujeto psicótico hace un esfuerzo permanente por ponerse a salvo del Otro. No tiene otra elección posible que la de la regularidad de su existencia. Seynhaeve presenta los dos casos siguientes en el contexto de una pregunta por el margen de maniobra posible para un sujeto psicótico.

Caso Nora. Nora, de 14 años, se muestra indiferente, “neutra” con su padres. Por decisión judicial, vive con una familia de acogida. Ha debido dejar la escuela por su comportamiento: roba, falta a clases, molesta a personas en la calle, se sube a sus coches.

Encuentra excusas para no comer: no tiene cuchillo, no tiene tenedor; incluso, no tiene vecino. El padre ve en ello una oposición. Ella dice que no come porque 'la rezongan'.

En la entrevista que sostiene con Seynhaeve, Nora pregunta insistentemente: “¿Cómo se hace para cambiar de familia?” Ante la emergencia social, se la admite inmediatamente a la institución, bajo la hipótesis de un diagnóstico de histeria sostenido en el relato de su padre y en su anorexia. Se preguntan si juega con el rehusamiento de los alimentos como si se tratara de su deseo. En la lectura retrospectiva del caso, Seynhaeve advierte que toman la demanda de Nora a la letra. Una vez en el Le Courtil, ella tiene dificultades para dormir, dice que alguien la molesta de noche. Oye gritar en su cabeza, pide que dejen de hacer ese ruido. Durante los talleres, dice que “hay que tirar” sus producciones y lo hace. Acto seguido, pregunta: “¿Quién tiró eso?” “Hay que guardarlo.”

Nora no se muestra dividida como un sujeto neurótico, no se muestra hesitante ni tampoco se interroga por el deseo del Otro al romper su trabajo. Está dividida entre dos voluntades por el imperativo contradictorio: tirar / guardar. Va quedando atrapada en este tirar-guardar, en un ir y venir inscrito en lo real. Esto aparece en acto y las salidas se le van haciendo primero penosas y después imposibles. Empieza a rehusarse a volver a casa los fines de semana y se le encuentra un lugar en la Maison de Weekend, para pasar los dos días de asueto. Con el tiempo, pide quedarse sola en su habitación los fines de semana y comienza a vivir todo cambio de entorno como persecutorio. Hay un rechazo masivo del Otro que la lleva progresivamente a negarse a ir a casa, a la Maison de Weekend, a la escuela y a participar en las actividades del centro. En estos momentos, Nora se pierde, yerra, escapa de la institución sin ningún sentido del peligro. Hay una degradación continuada de su estado y es hospitalizada. Deja le Courtil para entrar en una institución de orientación pedagógica, a todos efectos autoregulada. Al despedirse dice: “Vuelvo a casa”. Hay un retorno a la pregunta original, que no ha podido elaborar: “¿Cómo se hace para cambiar de familia? No quiero quedarme en casa de mis padres, quiero quedarme aquí incluso el sábado y el domingo.”

Seynhaeve se pregunta por las posibilidades que se hubieran abierto si el caso se hubiera tratado de otra manera. Si se hubieran efectuado una serie de entrevistas preliminares en un intento de movilizar la demanda. Si en el traslado entre casa e institución se hubiera podido instaurar una pulsación en el real de ese ir-y-venir. No puede saberse dice, pero el diagnóstico hubiera sido otro que el de histeria.

Caso Nicolas. Nicolas tiene 8 años y sus problemas comienzan con el regreso a clases. Recibe insultos en la escuela: “Vé a joder a tu abuelo” y fuera de ella, camino a casa. Se entendía muy bien con su abuelo, quien murió semanas antes. La dimensión creciente de los insultos hace que le sea insoportable permanecer en la escuela. Pide con insistencia ser admitido en le Courtil y recibe decepcionado la negativa de una aceptación inmediata. En la escuela, tiene problemas para integrarse, molesta al grupo y se lo define como un niño que puede ser violento y que injuria a los demás. El tiempo de espera que determina Seynhaeve, responde a la urgencia de desanudar la relación entre la muerte del abuelo y los insultos; se trata de que no se reproduzca en la institución lo que ocurre en otros sitios. Nicolas acepta la propuesta de lectura de su demanda como el anhelo de ponerse a salvo del hostigamiento del Otro. Conviene en tratarla con Seynhaeve, en una serie de entrevistas preliminares.

Nicolas precisa la naturaleza de los insultos que recibe: provienen solamente de niños cuyo nombre termina en ___chel. No obstante, en una ocasión que es insultado en el supermercado, encuentra que sólo hay mujeres cerca. Reaparece entonces con insistencia su demanda inicial. Una vez admitido en la institución, llega con la foto de su abuelo. Constata con alivio que ahí no lo amenazan ni le pegan. Sin embargo, él asume una posición de amo tiránico; amenaza y se muestra agresivo con sus compañeros. Para poner fin a esta situación, se lo envía dos días a casa, con el siguiente mensaje: “Esto debe cesar, es absolutamente indispensable que aquí no se amenace ni se pegue a  los niños.” Se sitúa el goce en el lugar del Otro; diciendo 'no' al goce, sin apuntar a la persecución del sujeto. 

Nicolas hace una elaboración propia, que lo lleva a convertirse en el policía de la institución. Puesto que todo fallo lo remite al deseo del Otro, se aboca a completarlo asegurando el cumplimiento literal de las reglas institucionales. Su identificación al amo absoluto y tiránico lo sitúa en una posición de excepción, en tanto es quien enuncia la ley y vigila su ejecución a la letra. Esto le ofrece un escape al goce intrusivo del Otro. Ya no habla de sus fenómenos elementales, pero paga su alivio con la dificultad de integrarse a la institución.

El interés por el taller de 'como si' y su sensibilidad a la argumentación, abren posibilidades para hacer de la Ley algo menos tiránico y caprichoso. Siguiendo una lógica propia, Nicolas se pregunta por el Director de le Courtil: si participa en un taller ¿es director o interviniente? ¿recupera su calidad de director cuando termina el taller? Esto le permite modular su intransigencia. Pide un horario que documente la organización de su tiempo, lo cual lo pone al abrigo de la sorpresa y de la angustia. La sujeción al universal de este horario lo libera del capricho del otro, pero posibilita la introducción de modificaciones. En el taller de 'como si' juega un rol  'escrito en algún lugar', que requiere de un vaciamiento de su deseo para intepretarlo. Esto lo pacifica. Se le propone ser 'el mayordomo' durante las comidas, en vez de ser 'el policía'. Esto introduce para él la cordialidad que, le aseguran los intervinientes, es característica de los mayordomos.

Nicolas obtiene un margen de maniobra en el deslizamiento entre la función de policía -portador de la Ley y encarnación del significante- y el rol, en el que porta las insignias que le permiten representar al Otro. El 'como si' introduce una especie de división subjetiva. El semblante abre el campo de lo imaginario. No es preciso ya que encarne el significante amo, puede hacerse representar por el significante. De tener un mueble-oficina porque “él es quien manda”, pasa a ser “un maestro porque tengo un escritorio”.

En la neurosis, de lo que se trata es de indicar al sujeto en qué debe rendir cuentas sobre su posición en el orden simbólico y sobre su implicación en el mal encuentro. Hacer caer la ilusión del Otro como determinante de la historia por venir y abrir la ramificación existentente de S1 a toda una serie de S2 posibles. En la psicosis se trata de posibilitar el movimiento mismo, de constituir una linealidad de S1 para dialectizar de alguna manera el significante amo al que se encuentra identificado el sujeto. Lo que pacifica a Nicolas no es tanto que hacerse representar por el significante 'mayordomo' resulte más soportable, más acorde al principio de la realidad; sino la posibilidad misma de poderse deslizar bajo otro significante. Entre más deviene posible un nuevo S1, menos imperiosa resulta la necesidad del sujeto de desacompletar al Otro en lo real. Una vez admitida Nora, ya no pudo introducirse ese latido que quizás le hubiera permitido hallar un segundo significante.

Seynhaeve retoma el planteamiento sobre el destino bajo la siguiente fórmula: “...en la neurosis, que una pregunta sea posible para que se abra el campo de futuro a una multitud de posibles. En la psicosis, que una respuesta sea posible para iniciar el movimiento que debe des-fijar al sujeto del significante.”

Soledad Szekely

 
R e f e r e n c i a
Seynhaeve, B. (Noviembre 1994). L'institution, rencontre déterminante pour l'enfant. En Destin du sujet. Feuillets du Courtil (10): http://www.courtil.be/feuillets/f10.htm


lunes, 28 de abril de 2014

Comentario de lectura 23 de Abril de 2014

Lectura del capítulo 5 del libro La batalla del autismo de  Eric Laurent
Por Vanessa Postigo

El traumatismo de la lengua


En este capítulo Eric Laurent expone la diversidad de maneras en que los sujetos autistas extraen algo del cuerpo para que pueda entrar en su lugar otro elemento (de la lengua del mismo.) Estos objetos pueden ser sonidos, actos o acciones con los que el sujeto autista desplaza el borde, es decir, estos objetos le están ayudando en la construcción de un acceso a otros espacios subjetivos.

Re-iteración del Uno.

Se plantea la lectura del Uno del goce de Miller para entender el nuevo abordaje del autismo des del psicoanálisis.
Para ello da unas pinzeladas a la clínica diferencial del autismo y la psicosis.

ñ  Planteando la psicosis como una ruptura de la articulación entre el S1 y el S2, es decir, como una descomposición de los mensajes. Se habla de fenómenos estructurados como mensajes, perturbaciones u obstáculos identificados (término atribuible a Kraepelin,) omensajes interrumpidos” como en el caso Schreber, donde Lacan [1] explica este fenómeno de mensaje como:la frase que se interrumpe en el punto donde termina el grupo de las palabras que designan una función del significante (o de la posición del sujeto a partir del mensaje.)

ñ  Por el lado del autismo se plantea que la interrupción del mensaje no se reconoce. En el autismo se trata de la repetición del significante Uno, del S1, que provoca un efecto de goce. Es decir, hay un goce en la repetición S1, S1, S1...

Una iteración en terminología de Miller, iteración fuera de sentido que cumple la función de reducir la angustia.

Este poderextrañode las palabras se explica por la fuerza de esta iteración, ya que el Uno de goce no se borra en el sujeto autista, haciendo que toda palabra provoque terror, al no haber borramiento que pueda mermar esa marca del acontecimiento del cuerpo. Es decir, la palabra tiene un impacto sobre el cuerpo del sujeto sin mediación.

En la Conferencia de Ginebra sobre el síntoma, Lacan distingue la nominación de un objeto exterior de la nominación traumática que apunta al sujeto, en el caso del sujeto autista, esetues mucho más amenazador que uneso.

Esto me hace pensar en la práctica particularentre variosy la posición del parteneire o semblante.
Primero, por la distinción que ofrece Miller entre el Otro de la palabra y el Otro del lenguaje, con la que se perfila una posición des de donde poder hablar y escuchar al niño autista; se trataría de una posición creada por otros imaginarios (los intervinientes) y del Otro simbólico (no conectado al goce.)[2] Segun V. Baio, deben serdóciles con el sujeto e intratables con el Otro, un Otro que implique goce desbordado.
Segund, porque el partenaire del niño autista en la práctica entre varios debe cumplir unas condiciones, entre las cuales esta recurrir a otros parteneires a través de un juego permutativo y calculado (un eso, no un tu), que pone en movimiento una cadena de intereses y de deseos, con la finalidad de que el niño autista pueda captar el beneficio de cambiar el real por el semblante (pg. 94. Di Ciaccia)


Siguiendo con la marca de ese acontecimiento originario y traumático que es la inscripción del baño de lenguaje en el cuerpo, Lacan lo aproximará al laleo del infans, llamándolo lalangue, a la que también distinguirá como “estatuto nativo del sujeto.” Esta proliferaciónlalativaconsiste en su reducción al uno de la letra que se repite.

Manifestaciones clínicas del uso del Uno.

Ahora hablamos del fenómeno de lasfrases espontáneasque el sujeto autista pronuncia ex abrupto cuando acontece una gran angustia. Por ejemplo la frase -¡devuélveme mi bola!- de Birger Sellin. Segun Lacan, estas frases son secuelas del traumatismo que el encuentro con el Otro del lenguaje producen sobre el cuerpo, un cuerpo convertido enhablaser (parletre)” 

Estas frases espontáneas no sonmensajes interrumpidossonholofrases radicales.
Este término, holofrase, recogido por Sartre es vinculado a un espacio de sentido más amplio que una palabra aislada:allí donde la palabra aparece sola en el discurso, adquiere un carácter holofrástico...está integrada en un contexto como una forma secundaria a una forma principal.

Para Lacan:hay frases, expresiones, que no se pueden descomponer, y que se relacionan con una situación tomada en su conjunto-son las holofrases.

En el seminario I “los escritos técnicos de Freud clase 18 dirá: “En los usos de algunos pueblos- y no tendrían necesidad de ir
 muy lejos para encontrar un uso habitual- hay frases, expresiones que no pueden
 descomponerse, y que se refieren a una situación tomada en su conjunto: son las
 holofrases. Hay quienes creen que en la holofrase puede captarse un punto de unión entre el animal, quien circula sin estructurar las situaciones, y el hombre que vive en un mundo simbólico.”

Unafrase espontáneadebe ser considerada como una situación del cuerpo, tomada en su conjunto, en las dimensiones real, simbólica e imaginaria. Así, esa agitación del cuerpo, le sirve al sujeto autista para tratar su relación con el acontecimiento de cuerpo; que invadido por un demasiado goce, trata de extraer algo.

Otro fenómeno del Uno de goce: Acallar el estrépito de la lengua

La otra cara de la extracción, de la emisión, es el repliegue más o menos completo hacia el interior de un neo-borde que rodea y delimita el cuerpo de ciertos sujetos autistas. Se trata ahora de un espacio articulado con la superficie del cuerpo, un lugar para transformar el ruido fundamental de la lengua (que somete al sujeto sin el significante.)
Aquí me vuelvo a referir al seminario I de Lacan para contextualizar este concepto de neo-borde: la holofrase no es  intermediaria entre una asunción primitiva de la situación como total- que sería del registro  de la acción animal- y la simbolización. Tampoco es váyase a saber qué adherencia  primera de la situación en un modo verbal. Se trata por el contrario, de algo donde lo que es del registro de la composición simbólica es definido en el límite, en la periferia.

Un ejemplo es la hipersensibilidad de los sujetos autistas al ruido. Según Lacan esta hipótesis se puede formular como una manifestación de un demasiado; es una sensibilidad aldemasiado ruidode la lengua, que relacionada con elobjeto vozproduce un fenómeno clínico característico: el autista se encuentra en un espacio en el que no existen distancias.
El ruido fundamental, es decir, el ruido de la lengua, está muy próximo al cuerpo, y no cesa, ya que los oídos no se cierran nunca.

¿Cómo tratar este fenómeno entonces?
Se propone uncuerpo a cuerpo previo.En el ejemplo se habla de un falso agujero que según la última enseñanza de Lacan se trata de fenómenos topológicos de superficies. La función del agujero producido en el cuerpo del analista (en el ejemplo) hace de un borde del órgano.

El grito real-izado y el advenimiento de los significantes.

Como desplazar el límite del borde autístico...
Cuando el sujeto autista extrae uno u otro estribillo del discurso común, como el del ejemplo del eslogan políticoPuedo prometer y prometoespetado por un sujeto autista como unacto de lenguajepara hacer que otros se callaran... aísla al mismo tiempo funciones cruciales del lenguaje y proyecta fuera de su cuerpo un grito real-izado.
Este fenómeno puede compararse con el de las frases espontaneas holofrásticas; en el sentido de que ellas también son automutilaciones que nos hacen presente el cuerpo que se olvida en el decir.

Hablar, un acontecimiento del cuerpo.

Surgimiento de un espacio de tratamiento posible de la lengua...

A partir de la propuesta de inmersión entre pares como un taller de cuentos, un sujeto autista pudo exclamar una frase que le permitió pasar -en un acontecimiento de cuerpo- a la introducción en su cuerpo de la holofrase lobo de mierda, sin el terror de serlo.

En el seminario XI Lacan explica al respecto de cómo el significante toca el cuerpo, al respecto de un efecto psicosomático:cuando no hay intervalo entre S1 Y S2, cuando la primera pareja de significantes se solidifica, se holofrasea, tenemos el modelo de toda una serie de casos aunque, en cada uno de ellos, el sujeto no ocupa el mismo sitio.

Aunque también es destacable hasta qué punto el silencio es crucial en el abordaje clínico de sujetos autistas, silencio que requiere ser respetado.

Los testimonios de algunos sujetos autistas pueden considerarse entonces como un cálculo particular en el que la repetición de las letras o de las formas de acallar el ruido de la lengua en tanto no cesa de producir equívocos, son formas de reducir los equívocos al silencio. Como en el ejemplo que pone de manifiesto la literalidad de la lengua en el sujeto autista de la niña que hace equivalente el nombre de Reyes con losreyes magos, equívoco que tenía la función precisamente de verificar ningún equívoco posible en el plano de la referencia.

Como lo dice Lacan:Lo que se dice a partir del inconsciente participa del equívoco-que es el principio del chiste- equivalencia del sentido y del sentido. He aquí en nombre de que he creído poder plantear que el inconsciente estaba estructurado como un lenguaje.

El sujeto construye sus modos de tratamiento del equívoco mediante un modo de cálculo discreto. Como hemos visto en los diferentes ejemplos, estos cálculos de la lengua se manifiestan como completamente separados del cuerpo.  En que no funcionan como un delirio psicótico, sino como Maleval llama elcuidado de separar el lenguaje de la enunciación; la no cesión del goce vocal tiene como consecuencia modos específicos de arreglárselas con el lenguaje.

Vanessa Postigo Poveda
Abril de 2014


[1]   “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosisLacan, Escritos 1
[2]   DiCiaccia, A.Una práctica al reves” .